Cómo ilustran las de El Surti

Si alguna vez te preguntaste de dónde o cómo se crean nuestros dibujitos que aparecen en tu feed o en tu WhatsApp recorriendo los grupos, las representaciones gráficas, los colores que utilizamos y por qué ese estilo visual; en este espacio queremos contarte los dos pilares de nuestro proceso creativo: el intercambio colaborativo de ideas y el remix.

Varias cabezas piensan mejor que una

Nuestro trabajo es narrar visualmente historias –algunas dolorosas, otras de denuncias o de utopías– con un lenguaje visual que haga honor al texto y atrape el ojo de la audiencia. Para ello es fundamental el intercambio constante entre el equipo periodístico y visual. Periodistas, diseñadores e ilustradores nos juntamos diariamente para pensar cómo ilustrar la información. Y lo hacemos con un método.

Primero definimos el tono del reportaje y el mensaje a transmitir. Aquí tomamos estrategias como evidenciar una contradicción, informar con ternura, simplificar un proceso complejo, meme como sátira al poder, etc. Tres puntos claves en esta etapa son buscar referencias visuales, definir la paleta de colores y el estilo de ilustración. Mientras el reportaje se está escribiendo, ya buscamos las referencias y para abrir la cabeza es bueno navegar en diferentes aguas. Vemos fotografías, cómics, escenas de cine, obras de arte, ilustraciones editoriales, portadas de discos, pósters icónicos y, por supuesto, memes. Tanto los reporteros, como diseñadores e ilustradores, escribimos, buscamos e imaginamos las escenas. Usamos tableros en pinterest que nos ayudan a coordinar la búsqueda y a registrar lo que tomamos de inspiración. Allí podés conocer un poco del proceso y su resultado.

El segundo paso es bocetar. Se exploran ángulos de cámara, composición, jerarquía de elementos. Esos bocetos pasan por todo el equipo que participa de la retroalimentación. Se discute hasta que se aprueba y se pasa a ilustrar propiamente. El tiempo que toma cada pieza gráfica varía dependiendo de la pertinencia del tema y la importancia del reportaje. Va de cuatro horas, un día o cuando se trata de piezas que deban durar más tiempo, una a dos semanas. Una ecuación importante para nosotros es: si la pieza lleva mucho tiempo de reporteo, amerita mucho tiempo de ilustración, sólo así la pieza será vigente por mucho tiempo. Una vez terminadas las ilustraciones, las pasamos a diseño y maquetación para diferentes formatos, volvemos a socializar con los surtidores, completando la edición final y así están listas para difusión.

Un collage de nuestros bocetos para la revista Futuros publicada en 2020.

Un ejemplo de trabajo de largo aliento es el especial de La historia de las mujeres donde participaron Romina Cáceres y Jazmín Acuña con el reportaje y Lorena Barrios en ilustración. Se trata de una línea de tiempo con 100 hitos de la historia de las mujeres paraguayas en la que el desafío era ilustrarlas diversas, dueñas de su destino y alejarnos de la idea de revictimizarlas. Más allá de la situación de ser mujer en un país con los índices de violencia de género altos, hacerlas protagonistas de su propia historia, ponerle rostro, color, movimiento y entusiasmo es nuestra manera de dignificar sus luchas y conquistas. Luego de varias pruebas de estilo y paleta de colores, terminamos 100 ilustraciones que intentan ser un reconocimiento, ya que de ignorarlas, se encargó la historia.

Otro ejemplo, esta vez de salida rápida, son las piezas gráficas para hablar temas sobre crisis climática. Maxi Manzoni, encargado de la cobertura de Futuros, planteó la idea de personificar un animal que se convirtió en un meme, el carpincho. Robert Báez los ilustró con ternura y humor, usando recursos de la cultura pop para hablar con el público joven sobre temas que les afectan directamente.

Más allá de las formas, las ideas y el proceso creativo en sí mismo, el respeto a las ideas de cada miembro, lidiar con las frustraciones que puedan surgir en el camino y mucha, mucha comunicación, son imprescindibles para el momento «creativo» del flujo editorial.

Nada se crea de cero, todo es un remix

El camino de la representación visual es una cronología de transformaciones, nada está creado completamente desde cero, desde las primeras pinturas rupestres en alguna caverna. Todos fuimos aprendiendo de alguien que lo expresó antes. Copiamos, modificamos y lo vamos ajustando según nuestro contexto y nuestras capacidades. La historia del arte y la comunicación se resume en un largo proceso de construcción colectiva intuitiva y evolutiva, una supervivencia que lleva miles de años. Entendemos que la mezcla es un proceso de evolución cultural y desde el equipo de El Surti abrazamos el concepto del remix como base fundamental de nuestra creación visual.

Póster Power and Equality, autor anónimo de 1971 y nuestra versión de 2017.

El remix es también una posición política. Es una respuesta al copyright, una industria que restringe la circulación de contenidos a favor de intermediarios y distribuidores en contraposición a la cultura libre. Defendemos la idea de que es posible crear, difundir y compartir productos culturales de manera libre.

Aire y Agua, grabado de M.C. Escher, 1938 y nuestra interpretación de 2017.

Toda nuestra producción es contenido propio, desde el reportaje hasta la ilustración, parte de las manos de trabajadores y trabajadoras del periodismo, el diseño y la ilustración. Y un dato importante: es de licencia y uso libre, se puede copiar, remixar, adaptar e incluso vender. No necesitan notificarnos ni solicitar permiso para hacerlo, aunque un mensaje mostrándonos cómo lo utilizaron nos pondría muy contentos.

Las meninas, óleo de Diego Velázquez de 1656 y un afiche del Surti de 2018.

Desde nuestro equipo, admitimos que en cuestiones de creatividad, no lo hacemos solos, dependemos de todo el bagaje cultural de la sociedad y reafirmarlo es un ejercicio de sinceridad con la comunidad gráfica. Es una manera de liberarnos del prejuicio de originalidad y un aliento para compartir e incentivar la creación libre.