Tres puntos que la promoción de la soja «libre de deforestación» elude:
- Contexto histórico: el desmonte masivo en la región Oriental se dio a partir de 1970 con el avance de la producción mecanizada, como la soja. En ese entonces, la región tenía una cobertura boscosa del 74%, que se redujo a 24% hacia el año 2000. Cuando a ley de Deforestación Cero entró en vigencia, en diciembre de 2004, gran parte del desmonte ya había sucedido.
- Datos no publicitados: el reporte del Infona sobre soja «libre de deforestación» revela que 162.719 hectáreas fueron deforestadas por producción sojera de 2005 a 2022. A partir de un análisis del informe identificamos que se talaron por día un promedio 26 hectáreas de bosques por cultivos de soja en la región Oriental, a pesar de la vigencia de la ley de Deforestación Cero. Los departamentos más afectados fueron San Pedro, Canindeyú, Caaguazú y Alto Paraná.
- Omisión de datos generales de deforestación: en el mismo periodo, 2005 a 2022, Paraguay perdió más de 5 millones de hectáreas de bosques nativos, según el propio Infona. En la región Oriental se talaron 632.599 hectáreas. El 26% de la deforestación de la región en los últimos 17 años está relacionada a la producción sojera.
Si tenés tiempo, te invitamos a leer el reportaje completo:
El 15 de septiembre, en el lanzamiento de la temporada de siembra de soja 2023, la presidenta del Instituto Forestal Nacional (Infona), Cristina Goralewski, anunció que el 94,5% de la soja sembrada en la región Oriental está libre de deforestación desde 2004. Pero ese 5,5% restante representa 162.719 hectáreas de tala ilegal relacionada con cultivos de soja en 17 años desde que entró en vigencia la ley de Deforestación Cero en diciembre de 2004. Este y otros datos no fueron promocionados por el gobierno nacional a pesar de su relevancia.
La afirmación de Goralewski es una de las conclusiones del reporte Zonas de cultivo de soja 2022 – Región Oriental del Infona, que presenta datos sobre la deforestación relacionada con el cultivo de soja en la región Oriental de Paraguay. El informe revela que el 87,1% de la deforestación por siembra de soja se realizó en los departamentos de San Pedro, Canindeyú, Caaguazú y Alto Paraná.
Tomando como referencia las 162.719 hectáreas deforestadas que cita el reporte, en promedio se talaron 9.571 hectáreas de bosques para sojales por año a pesar de su prohibición. Esto es casi el tamaño de Asunción, que tiene una superficie aproximada de 11.700 hectáreas. Por día, el promedio es de 26 hectáreas deforestadas por la producción sojera.
La promoción oficial excluye el contexto histórico de deforestación en Paraguay y en específico de la región Oriental. En Estronismo Climático de El Surtidor se expone cómo la cobertura boscosa de la región era del 74% en los años 70 y se redujo a 24% en el 2000. Para el año 2022, los bosques nativos representaban apenas 18,4% de la región Oriental.
A pesar de la vigencia de la ley de Deforestación Cero, durante la gestión de Sandra Quiñónez, los delitos ambientales gozaron de impunidad. Una investigación de La Volanta expuso que de 167 investigaciones abiertas por la Fiscalía entre 2019 y 2021, apenas 5 llegaron a juicio y en uno solo de los casos se logró reparar el daño ambiental ocasionado.
A 2022, son 2.978.795 hectáreas de soja en la región Oriental, según el Infona. Esto supera por más de 874.795 hectáreas la superficie de El Salvador.
El discurso gubernamental y sus intereses
Para Lis García, investigadora social de BASE-IS, el gobierno utiliza el reporte sobre soja «libre de deforestación» como una forma de propaganda. La investigadora sostiene que la divulgación de estos datos está relacionada «con los intereses económicos de los grupos exportadores debido a la mayor cantidad de restricciones que se están poniendo principalmente desde la Unión Europea en relación con el cuidado ambiental».
García explica que en Europa existen restricciones especiales a importaciones de materias primas provenientes de territorios deforestados. «También hay mayores regulaciones en torno a la cuestión de los plaguicidas, el uso de agrotóxicos, entonces esos elementos van a interferir evidentemente con la capacidad de exportación y dañan los intereses de las empresas exportadoras de soja y de carne», sostiene la experta. Además, cree que el gobierno busca «hacer buena letra» sobre temas ambientales para recibir fondos de programas y proyectos «a partir de los cuales se financia el Estado».
Representantes del sector agroganadero sostienen que el reporte del Infona es una herramienta importante para el gremio. Héctor Cristaldo, presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), asegura que el Infona se posiciona como fuente de información con datos contundentes a partir de los reportes presentados este año. Para Alfred Fast, presidente de la Federación de Cooperativas de Producción (Fecoprod), el informe sobre soja «libre de deforestación» evidencia que el modelo productivo de este sector es sostenible.
Aldo Benítez, periodista especializado en temas ambientales, coincide con García en el uso político del informe del Infona como una propaganda gubernamental. Señala que el gobierno cuidó los términos utilizados en el reporte. «Creo que el Estado se siente muy satisfecho con los datos y con la forma de dar a conocerlos, porque pareciera decir que “todos los sojeros somos muy buenos y no hacemos daño al ambiente”», opina.
Benítez asevera que esa línea discursiva «está muy de acuerdo con lo que piensa la élite que está muy ligada al Estado paraguayo». Valora que el gobierno reconoce que existe deforestación relacionada con la soja «por más que los datos pueden ser cuestionables» y critica que el informe del Infona no incluya datos sobre la deforestación por soja en territorios indígenas.
Los datos no promocionados por el Infona
El presidente Santiago Peña, en su gira por Estados Unidos, promocionó el dato sobre la soja «libre de deforestación» en su discurso ante la Asamblea de las Naciones Unidas y en una entrevista del Foro Mundial de Líderes de Columbia University. Además, dijo que «el 44% del territorio paraguayo conserva su cobertura forestal» y que los datos generados por el Infona son «pruebas irrefutables». Pero a estos datos les falta contexto.
Hoy, el 17,2% de la cobertura forestal del país está en la región Oriental, según el reporte Nuestros Bosques sobre la cobertura forestal y el cambio de uso de la tierra, publicado en agosto de este año. El dato citado por el presidente se desprende de este documento.
En el reporte, el Infona define cobertura forestal como la masa forestal conformada por bosques nativos, palmares y plantaciones forestales. El cambio de uso de la tierra, por otro lado, no está definido en el reporte, pero es entendido como un eufemismo para la deforestación.
El informe revela que de 2005 a 2022, se perdieron 632.599 hectáreas de bosque nativo en la región —la ley de Deforestación Cero está vigente desde diciembre de 2004—. El 26% se relaciona con la producción sojera. Sumadas a las 4.740.959 hectáreas también de bosque nativo desmontadas en el Chaco en ese período, principalmente por la ganadería, son 5.373.558 hectáreas deforestadas en 17 años. A 2022, Paraguay conserva 14.651.386 hectáreas de bosques.
Según este reporte, entre 2020 y 2022 se perdieron 412.428,1 hectáreas de bosques nativos. El 88% del desmonte fue en la región Occidental. De acuerdo con el Infona, 80.113 hectáreas fueron deforestadas en la ilegalidad en el Chaco.