Futuros

Los barrios se levantan en defensa de los últimos bosques de Asunción

Tres barrios resisten a la destrucción de los escasos pulmones de la “capital verde”, donde la municipalidad prioriza supermercados y gasolineras antes que espacios públicos para las familias.

Reportaje Juliana Quintana · Edición Romina Cáceres · Ilustración Naoko Okamoto, Robert Báez & Jazmín Troche · Fotografía Elisa Marecos & Sandino Flecha ·

Cuando en San Vicente se enteraron de que su bosque corría peligro por la construcción de un supermercado Box, las vecinas y vecinos se embarcaron en una lucha para proteger el único pulmón verde de su barrio. Durante un año y medio, trabajaron para convertir ese espacio en un parque público.

Su resistencia incluyó reuniones con la caja de jubilados de la Ande ―propietaria del terreno alquilado al súper―, con la Municipalidad de Asunción, amparos, acciones ante el municipio y el Ministerio del Ambiente (Mades), denuncias ante la Fiscalía y Defensoría del Pueblo. Incluso consiguieron que la Cámara de Diputados apruebe en primera vuelta un proyecto de ley que permitía la expropiación del bosque San Vicente.

Aun así, las motosierras y maquinarias anunciaron el fin de este bosque urbano, donde había árboles de más de medio siglo, según el biólogo Raúl Rivarola. La tala comenzó a las siete de la mañana del lunes 28 de octubre y para las cinco de la tarde casi no quedaba ninguno en pie. Algunos vecinos intentaron detener el desmonte con medidas judiciales que ya habían solicitado, sin éxito, meses atrás. Otros registraron la destrucción, árbol por árbol.

Vecinas y vecinos de San Vicente lucharon durante un año y medio para salvar el último pulmón verde de su barrio, inspirando a otras comunidades que defienden sus bosques frente a proyectos que anteponen intereses económicos a la vida. Fotos: Elisa Marecos & Sandino Flecha.

“Fue como presenciar la muerte de un ser querido”, describió la líder vecinal Rosa Vacchetta.

Esa noche, el barrio organizó un velatorio para despedir al bosque y honrar lo que había sido el último pulmón verde de San Vicente. Pobladores y allegados se congregaron con velas y carteles frente a la avenida Félix Bogado y 21 Proyectadas. En un acto cargado de simbolismo expusieron fotos de los 109 árboles talados. Para los vecinos, la tala fue más que un daño ambiental: fue una herida que dejó en evidencia las decisiones de las autoridades que priorizan intereses económicos por encima de la vida. 

Coralie Arbo pertenece a la tercera generación de su familia que vive en San Vicente. Estuvo a cargo de la campaña de comunicación por la defensa del bosque. “Más allá del resultado, rescato que logramos retrasar la obra por un año y medio y poner ese problema en discusión. También conocimos a muchos otros vecinos de la zona y vimos la capacidad de organizarnos territorialmente. Tenemos muchas cosas en común por las que podemos trabajar”, expresó. 

«Esa imagen del cementerio de los árboles de San Vicente podría ser la de la ciudad», advirtió la activista y vecina, Nilda Sosa. Pero San Vicente también significó la revitalización de una lucha aún más grande. Aunque hoy el bosque ya no está, su causa inspira a otros barrios a defender sus propios espacios verdes. 

«Lo grave es cuando el negocio puede más que la calidad de vida de los vecinos«, dice la líder vecinal, Rosa Vacchetta. Los pobladores buscarán que la causa de San Vicente llegue a la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Fotos: Elisa Marecos & Sandino Flecha.

Un movimiento vecinal en defensa de los bosques urbanos

Marcelina Vera es la primera en intervenir en la Cumbre Verde Ciudadana, un espacio que se organizó por primera vez en noviembre y reunió a habitantes de los barrios San Vicente, Las Mercedes y San Jorge para proteger los bosques de Asunción. Vera, que vive con su familia en Las Mercedes desde 1990, cuenta que donde hoy está lo que llaman “el bosque de Las Mercedes”, había una quinta que perteneció a la familia Stewart. Se extendía desde la calle Perú hasta la avenida Gral. Santos y desde la avenida España hasta las vías del tren. 

“En 1998, los del colegio San Andrés y muchos referentes significativos de la sociedad emprendieron la lucha para reivindicar ese espacio como un patrimonio que no debía ser tocado”, recuerda Vera. El inventario de especies arbóreas, que data de 1999, registró 224 árboles en el inmueble, pero según Vera, la caja de jubilados de Itaipú (Cajubi), actuales propietarios del terreno, se niega a proveer a los vecinos un inventario actualizado. 

Marcelina Vera vive con su familia en Las Mercedes desde 1990. Una madrugada de 2023, motosierras alarmaron a los vecinos que estaban cerca del bosque ubicado sobre España casi General Santos. Fotos: Elisa Marecos & Sandino Flecha.

El 8 de enero de 1999, la Junta Municipal declaró ese lote de Las Mercedes como patrimonio natural de Asunción. Pero nada de esto importó a las autoridades cuando los vecinos denunciaron la tala furtiva en el bosque del barrio. Una madrugada de 2023, los pobladores se percataron de que se comenzaron a derribar árboles en la propiedad y que luego se llevaban la madera sigilosamente. 

“Inmediatamente, decidimos tomar acciones para luchar. Pero la tala seguía y seguía. Es más, entramos en otra ocasión y ahí sí tomamos fotos de los troncos cortados. La municipalidad nos dijo que la Cajubi ya no daba permiso para ingresar a su predio. Están pelando el bosque”, lamentó Vera. 

Tras hablar con el presidente de la Caja de Jubilaciones y Pensiones de Itaipú (Cajubi), se enteraron de que el terreno estaba en venta. Pese a la vasta evidencia que presentaron los vecinos en la municipalidad, tras la fiscalización, les respondieron por escrito que “no se constató tala”

“Ese bosque no va a resistir ninguna intervención inmobiliaria. Va a pasar una catástrofe ambiental ahí porque están las aguas subterráneas que se habían detectado cuando se hizo el primer edificio en el ‘98. Además, va a destruir el predio y toda la actividad silvestre. Nosotros sentimos que tenemos que pelear por nuestro pulmón verde”, afirma Vera y enfatiza la importancia de la articulación Cumbre Verde Ciudadana para que no sean luchas solitarias de cada barrio.

Vecinas y vecinos de Las Mercedes denuncian tala furtiva desde 2023 y luchan por salvar a los árboles que están en una propiedad de la caja de jubilados de Itaipú (Cajubi). Buscan convertirlo en un ecoparque urbano. Fotos: Elisa Marecos & Sandino Flecha.

Más tarde, llega a la reunión Luciana Amarilla, presidenta de la comisión del barrio San Jorge, y agarra un pincel para explicar la lucha de los pobladores en Isla de Francia. Su barrio está ubicado entre Aviadores del Chaco, Santa Teresa y Madame Lynch. En el lote que es propiedad del Instituto de Previsión Social (IPS) de Isla de Francia se proyecta la construcción de una “ciudad deportiva”. 

“En el pasado, antes de este tema de la ciudad deportiva, vecinos ya denunciaron tala de árboles en el espacio de Isla de Francia, en el área que no está alquilada”, contó Amarilla. Agregó que solicitaron a la municipalidad información sobre el desarrollo de la obra, pero al día de la entrevista no entregaron la copia de los expedientes.

Según explicó, a través de una mesa de trabajo con IPS, el Mades, la dirección ambiental del municipio y algunas ONG, buscarán que se construya un parque ecológico o una reserva natural urbana en la zona no arrendada. “¿Qué mejor para la salud de todos que tener un pulmón verde, algo que baja la temperatura, algo que tiene millones de beneficios, que aporta a la educación de la gente como también de los posibles futuros estudiantes de biología, ingeniería forestal, ambiental?”

Isla de Francia está listado como un área para la conformación del corredor verde del Área Metropolitana de Asunción (AMA) en la ficha técnica de la capital, que fue elaborada en el marco del Proyecto Asunción Ciudad Verde de las Américas – Vías a la Sustentabilidad.

En el barrio San Jorge, un importante espacio verde también corre peligro. En el lote que es propiedad del IPS de Isla de Francia se proyecta la construcción de una “ciudad deportiva”. Fotos: Elisa Marecos & Sandino Flecha.

La Cumbre Verde Ciudadana concluyó con un pacto de unidad: vecinas y vecinos se comprometieron a defender los bosques urbanos y otros bienes naturales amenazados. Con la mirada puesta en una Asunción más sustentable y justa que priorice la dignidad y la calidad de vida, este compromiso quedó plasmado en un manifiesto que será presentado a las autoridades locales y nacionales, respaldado por un plan de acciones para hacerlo realidad.

“Los bosques urbanos son aliados irreemplazables frente a la crisis climática”, señala parte del manifiesto. En el documento, destacan que estas áreas verdes no solo ayudan a mitigar los efectos del calentamiento global, sino que también purifican el aire, regulan las temperaturas extremas y previenen desastres como inundaciones y raudales. “Son esenciales para garantizar el bienestar de nuestras vidas y el de las generaciones futuras”, enfatizan.

Asunción, una ciudad con más estaciones de servicio que plazas, enfrenta un problema crítico: la falta de árboles y construcciones adaptadas al clima agravan la formación de islas de calor. Este fenómeno, típico de áreas urbanas, eleva las temperaturas debido a la escasez de espacios verdes y materiales que retienen el calor. 

Datos del Infona de 2022 señalan que la capital cuenta con 336 hectáreas de bosque nativo. Esta cobertura está concentrada en el Jardín Botánico y el Cerro Lambaré, según el análisis del arquitecto urbanista Fernando Maidana. En el departamento Central, la mayor parte de la masa boscosa se encuentra en las periferias del área metropolitana. En un contexto marcado por los impactos cada vez más evidentes de la crisis climática, como el aumento de las olas de calor, la desaparición de los bosques es un problema alarmante. 

Vecinas y vecinos de San Vicente, Las Mercedes y San Jorge unieron fuerzas en defensa de los bosques de la ciudad y firmaron un manifiesto donde expresan su repudio hacia la destrucción del bosque San Vicente. Fotos: Elisa Marecos & Sandino Flecha.

Rosa Vacchetta considera que el conflicto en San Vicente no fue aislado: es una lucha por derechos humanos fundamentales, como el acceso al aire limpio, el agua y un clima saludable. Su intención es llegar a la Corte Interamericana de Derechos Humanos. “Ese va a ser el momento en que tenemos que obligar al intendente a que reponga esos árboles y que compre una plaza para el barrio. Que vuelvan a plantar los árboles”, dijo. 

En la Cumbre Verde, hicieron un llamado urgente a la construcción de una ciudad habitable, que mire con dignidad y esperanza a otro futuro posible.

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