Reportaje Jazmín Acuña · Edición Romina Cáceres · Diseño Naoko Okamoto
Para Héctor Cristaldo, presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), es difícil, casi imposible cumplir con las nuevas exigencias de comercialización con la Unión Europea. Hugo Pastore, director de Capeco, dijo que estas exigencias son muy complejas y refirió como ejemplo obligaciones de protección de los derechos humanos. El abogado Manuel Riera Escudero acusó de “colonización ideológica” a las autoridades del bloque, y exigió a la Asociación Rural del Paraguay (ARP) defender a sus asociados de lo que, según él, serían “disposiciones inconstitucionales”. Similares expresiones fueron dichas por representantes de la Federación de Cooperativas de Producción (Fecoprod) y la Coordinadora Agrícola del Paraguay (CAP). Todos se refieren a una nueva regulación del Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea aprobada en 2023 y que alcanza al comercio de materias primas y derivados.
Esta nueva regulación, más conocida como Reglamento 2023/1115, ha despertado vocales discrepancias entre sectores del agronegocio y gobierno. Tanto la Asociación Rural del Paraguay (ARP) y el Ministerio de Industria y Comercio (MIC) se mostraron receptivos y dispuestos a adecuarse a las expectativas de la UE, argumentando que confían en la capacidad de los productores paraguayos de mantenerse competitivos en mercados más exigentes. ¿Qué implica el reglamento 2023/1115? ¿Afecta solo a Paraguay? ¿Deberá modificarse alguna legislación local? Respondemos estas y otras preguntas para entender la disputa actual en el agronegocio.
¿Qué es el Reglamento 2023/1115?
Es una nueva normativa que regula el comercio de ciertas materias primas y derivados en la Unión Europea. Fue aprobado el 31 de mayo de 2023 y tiene por objetivo evitar que productos en el mercado europeo, ya sean importados, comercializados o para exportación, provengan de territorios deforestados a partir de 2021. Además, los productos deben adecuarse a la legislación del país donde se produce el producto y contar con una declaración de debida diligencia. Los productores deben poder certificar todo esto con documentación.
Algunas de las materias primas alcanzadas por la normativa son el ganado bovino, la soja, la madera, el café, y derivados como la carne, el cuero y la harina de soja.
¿A quiénes afecta el reglamento? ¿Quiénes deben adherir?
“Solo aquellos que quieran comerciar con el bloque europeo”, reafirman desde REDIEX, el organismo dependiente del Ministerio de Industria y Comercio (MIC), encargado de impulsar proyectos de exportación e inversión en Paraguay. En entrevista para La Precisa, explican que los requisitos de compra “los establece el comprador, no el vendedor. Europa ejerce esta prerrogativa del comprador”. Queda a criterio y voluntad de los productores de países como Paraguay vender o no a Europa.
El reglamento también aplica -y enoja- a productores de la Unión Europea, razón por la cual agricultores de países como Francia, Bélgica y Países Bajos se han movilizado, incluso cerrando rutas, en señal de protesta. Además de denunciar el aumento de costos de energía e insumos como fertilizantes para la producción por la guerra en Ucrania, consideran que las reglas del bloque para afrontar la crisis climática son excesivas y exigen protección de los gobiernos.
Pero además de las obligaciones asumidas para frenar la crisis, la tendencia de mercado desde hace varios años es la de un consumo más consciente sobre los lugares de origen. Los compradores quieren saber y asegurarse de que la materia prima de los productos que adquieren no provengan de lugares deforestados o donde se haya incurrido en violaciones a derechos humanos. Esto obliga a adoptar cambios en los modos de producción y a ser más transparentes sobre esos modos para satisfacer al consumidor final. Matteo Sartori, jefe de cooperación de la Unión Europea, dijo en una entrevista a Última Hora que no es la UE solamente, “ir en contra de estas normas es ir contra los mercados”.
Si un productor quiere vender su producto a la UE, ¿qué en concreto deberá hacer?
Deberá demostrar que su producto no proviene de territorio deforestado a partir de 2021. Al ser consultados sobre qué implica esta condición, en REDIEX explican que si se deforestó después del 31 de diciembre de 2020, “aunque el «cambio de uso de suelo» haya sido legal, los productos provenientes de esta parcela no serán elegibles para ingreso al mercado de la UE”. Este punto fue cuestionado por Héctor Cristaldo y es otra razón del rechazo a la normativa por parte de gremios. Grandes porciones de tierra en el Chaco son deforestadas de forma legal y bajo la figura de “cambio de uso de suelo” para cría de ganado y producción de carbón. La región llegó a tener uno de los ritmos de deforestación más acelerados del mundo debido a esta presión del agronegocio, la cual se acrecienta con la introducción de soja.
El productor también deberá constar que su producción se adecua a la legislación nacional, como que no proviene de territorio indígena despojado, y que está amparada por una declaración de debida diligencia.
La palabra clave en este proceso es la trazabilidad del producto. Para ello el MIC desarrolla una herramienta que “permita demostrar la trazabilidad socioambiental de la producción paraguaya”. Reta, como se denomina la herramienta, fue presentada por el ente junto con el Mades en enero de 2024 y se encuentra en fase experimental. A través de este sistema se espera que los inversionistas puedan corroborar que los productos paraguayos cumplen con lo establecido en el Reglamento 1115.
¿Hay algún beneficio en adherir a las disposiciones del Reglamento 1115 para Paraguay?
Para REDIEX, existen varias ventajas en actualizar los estándares de producción a la nueva normativa europea, como la de poder vender a mejores precios y el acceso a otros mercados “premium”, como Estados Unidos y Reino Unido que también exigirán de forma similar. Para el abogado Manuel Riera Escudero, las desventajas superan los beneficios, y advierte que “este sistema matará a los pequeños y medianos productores”. Desde el MIC lo desmienten. En el rubro de la carne hay 335 productores registrados para exportar a la UE, “ninguno pequeño”, aseguran. En cuanto a la soja, confían en la capacidad de los pequeños productores de producir en conformidad con la legislación nacional -que su producción esté libre de deforestación a partir de 2021- y así no quedar fuera de las ventajas del mercado europeo. Para la ARP, rechazar los estándares de mercados más exigentes condenará a los productores paraguayos “a vender commodities a mercados marginales y a precios ruines”.
¿Qué tiene que ver el reglamento con el Acuerdo Mercosur-UE?
Aunque se relaciona, el Reglamento 1115 es independiente a la negociación para llegar a un acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la UE. Es decir, su implementación no está vinculada a que prospere o no el acuerdo entre los bloques. Según Matteo Sirtori, jefe de cooperación de la UE, el reglamento se aplicará desde 2025.