Si tenés 1 minuto para leer, esto es lo que tenés que saber:
- Paraguay pasó de tener 1.699 estaciones de combustible en 2012 a 2.600 en 2022. Esto representa un incremento del 53% en la última década.
- El aumento de gasolineras es un factor que también encarece los combustibles, explica el investigador Victorio Oxilia.
- A su vez, las estaciones se convirtieron en el negocio favorito de investigados por lavado de dinero, refiere el senador Jorge Querey.
- Ambos coinciden en que las empresas de combustibles operan como oligopolios y fijan precios de manera arbitraria, eliminando la competencia.
- Esto quedó expuesto en sanciones de la Comisión Nacional de la Competencia (Conacom) a emblemas por acordar precios e incumplir condiciones relativas a la concentración.
Si tenés más tiempo, te invitamos a leer todo el artículo:
«Estamos trabajando a pérdida» dijo Miguel Corrales de la Asociación de Propietarios de Estaciones de Servicio y Afines (Apesa) para justificar la reducción de horario de gasolineras en protesta por el subsidio a Petropar en marzo de este año. Pero un informe oficial calculó que los emblemas tenían una ganancia de hasta 25% por litro en ciertos productos. La afirmación que los empresarios repiten con cada crisis del combustible – «trabajamos a pérdida» – contrasta con la apertura de al menos 901 nuevas estaciones de servicio en la última década. Según datos del MIC, de 1.699 gasolineras en 2012 pasamos a tener 2.600 en 2022.
Más allá de que Paraguay sea un importador neto de derivados del petróleo – y en consecuencia, sujeto a precios internacionales-, ¿influye la cantidad de gasolineras en los elevados precios de los combustibles? Para el PhD en Energía e investigador Victorio Oxilia Dávalos, sí. Explica que el mercado de combustible en Paraguay es limitado, ya que el número de vehículos que hay en el país no aumenta considerablemente, pero sí el número de estaciones de servicio.
«El problema es que el hecho de haber muchas estaciones encarece. Tenemos muchas instalaciones para abastecer un mercado que es limitado», señala el especialista. Al cierre de 2021, el parque automotor era de 2.686.379 vehículos. De esto, el 60% corresponde a automotores y 36% a motocicletas, según estadísticas de la Agencia Nacional de Tránsito y Seguridad Vial (ANTSV).
Este crecimiento descontrolado de estaciones de servicio, que hace que Paraguay triplique el promedio regional por cada 100 mil habitantes, a su vez se enmarca en una anomalía de mercado, como es el oligopolio.
Un oligopolio es un mercado en el que hay pocos actores o agentes económicos que proveen un cierto producto o servicio, dice Oxilia Dávalos. Para el especialista, con el simple hecho de «ver que no hay diferencias de precios entre las estaciones de servicio», se infiere que actúan de manera coordinada y configuran un oligopolio.
Esto quedó expuesto cuando la Comisión Nacional de la Competencia (Conacom) sancionó en agosto a la Cámara de Distribuidoras Paraguayas de Combustibles (Cadipac) por la recomendación colectiva que hizo uno de sus integrantes para fijar precios en 2021, infringiendo el artículo 8 de la Ley N° 4956/2013. La comisión resalta en su resolución que Cadipac «es una asociación de competidores, pues sus miembros son todos distribuidores de combustibles». Según el documento, los emblemas asociados son Enex Paraguay SRL, Copeg SA, Fuelpar SA, Integral Trading SA, Gas Corona S.E.C.A. y 3MG S.A.C.I.A.
La Cadipac es la misma que accionó contra la ordenanza municipal de Asunción que establecía una distancia mínima de 1000 metros entre nuevas estaciones y las existentes. Logró una medida cautelar de la Corte y sus asociados tuvieron vía libre para construir más estaciones, entre ellos Enex, del expresidente Horacio Cartes. Todo esto, en medio de una guerra comercial con el Grupo Zapag que tiene Copetrol, uno de los principales importadores y distribuidores de combustibles del país. La firma compró Petrobras en 2018. Conacom también sancionó a Copetrol por incumplir con la presentación de informes relacionados a la operación de concentración entre esta firma y Petrobras.
A la par, otros sectores encuentran en las estaciones de servicio una oportunidad para ocultar el origen ilícito de su dinero.
El boom de las gasolineras: Lavado de dinero podría influir, pero no es la única causa
Las estaciones de servicio son la fachada perfecta para que el narcotráfico lave dinero en México, donde las llaman «narcogasolinerías». Lava Jato, el mayor escándalo de corrupción en la historia de Brasil, también se originó en una gasolinera. Y el coletazo alcanzó incluso al expresidente Horacio Cartes, socio del cambista brasileño Dario Messer, hoy condenado por el caso.
Messer era la conexión paraguaya de una red internacional de lavado de dinero que movió más de 1.600 millones de dólares. El senador Jorge Querey (FG) conoce a fondo el esquema: trabajó en la Comisión Bicameral de Investigación (CBI) que elaboró el informe Messer y ahora preside la CBI que investiga lavado de dinero. En este lapso, observó que investigados o sospechados de tener vínculos con el lavado de dinero «tienen como negocio preferido la instalación de estaciones de servicio».
En ese sentido, a Querey le llama la atención «la vinculación con la cadena de estaciones Enex del expresidente Horacio Cartes». La empresa fue beneficiada con la eliminación de regulaciones que establecen distancias mínimas de seguridad y planea terminar el 2022 con más de 100 estaciones de servicio.
El otro caso está relacionado a las estaciones de servicio Alpina SA del diputado cartista Erico Galeano, investigado en el Operativo A Ultranza. La empresa – uno de los principales clientes de Tabesa, la tabacalera de Cartes – recibió múltiples transferencias de Mercury Tabacos SA, donde el diputado era accionista. «Una investigación de orden fiscal sería muy pertinente para aclarar esas transferencias inter-empresas que no tienen justificación suficiente», dice Querey.
«Por último, están las estaciones de servicio que muchos políticos tienen en el interior del país. Por ejemplo, durante el gobierno de Cartes se hizo una modalidad muy particular con Petropar, donde se daba una suerte de tercerización de la comercialización. En un 80% esto corresponde a políticos vinculados al movimiento del expresidente», detalla.
De hecho, el diputado cartista Pedro Alliana había reconocido en sesión que tiene estaciones de servicio de Petropar. Otros diputados beneficiados son Erico Galeano, Basilio Núñez, Tomás Rivas y Del Pilar Medina; así como los oficialistas Jazmín Narváez y Tomás Rivas.
Respecto a si existe relación entre lavado de dinero, proliferación de estaciones y precios altos de combustibles, el senador resalta que no hay una sola explicación. «En los precios de los combustibles entran otras variables, (el lavado) podría ser, pero no es la única. Porque las empresas tienen muy escondida la estructura de costos, entonces, se ponen de acuerdo y pueden fijar arbitrariamente los precios».
Precisamente, un proyecto de ley aprobado en el Senado este 15 de septiembre busca transparentar la estructura de costos de los combustibles. Durante la discusión previa en una de las comisiones, uno de los representantes de la Distribuidora de Combustibles y Asociadas del Paraguay (Dicapar), Guillermo Parra, había advertido que la normativa «sería de difícil aplicación». El proyecto pasó a Diputados para su estudio.