Una investigación conjunta de El Surtidor (Paraguay) y CORRECTIV (Alemania) muestra cómo la DEG, subsidiaria de una institución pública, el Banco de Desarrollo de Alemania (KfW por sus siglas en alemán) invirtió 25 millones de euros en la Paraguayan Agricultural Corporation (PAYCO), que entre 2013 y 2020 deforestó al menos 7000 hectáreas de bosques en tres propiedades en el Chaco.
PAYCO fue fundada en 2013 por el Grupo Espirito Santo como una empresa en Luxemburgo tras la inversión de la DEG. Tras el colapso del Grupo Espirito Santo en Europa, en 2014 fue creada como una sociedad anónima en Paraguay. Llegó a ser la segunda mayor propietaria de tierras de Paraguay, de acuerdo al Informe Yvy Jára de Oxfam, y se dedicó, además de la ganadería, a la soja, las plantaciones de eucaliptos y a la venta de servicios ambientales al Estado paraguayo. Fue una de las entidades privadas que participó de la creación del proyecto de ley de créditos de carbono.
El caso muestra el rol de las instituciones financieras, en este caso una respaldada por el gobierno federal de Alemania, en impulsar la misma deforestación a la cual ahora se opone la Unión Europea, e ilustra la responsabilidad de bancos y fondos de inversión en la crisis climática.
Banco dice que no tenía información sobre deforestación
La Paraguayan Agricultural Corporation SA (PAYCO) llegó a declarar 130.000 hectáreas de tierra y 35 mil cabezas de ganado en varias fincas, tanto en el Chaco como en la Región Oriental. A eso se le suma la soja, trigo y plantaciones forestales.
La DEG invirtió 25 millones de euros en la empresa en 2013, en ese momento todavía instalada con su sede en Luxemburgo, un paraíso fiscal. El objetivo de la inversión, según el banco, era apoyar «la producción local de alimentos» y una «industria maderera sostenible». «Con nuestro compromiso fortalecemos una empresa profesional y responsable», comunicó la DEG al anunciar la firma del contrato, que le permitió obtener el 18,5% de las acciones.
Sin embargo, sucedió lo contrario. Desde el involucramiento de la DEG, al menos tres estancias de PAYCO en el Chaco sufrieron una deforestación de 7000 hectáreas. Esto ocurrió parcialmente a través de la quema, pero sobre todo la tala para el ganado. Es lo que demuestra una evaluación del Centro Aeroespacial Alemán, que documentó la deforestación en las tierras de la empresa en el periodo de 2013 y 2020. Se trata de las estancias Carandayty, Timboty —que aparecieron hasta 2022 como propiedades de la firma en sus propios «informes de sostenibilidad»— y Santa Rosa, propiedad de PAYCO entre 2015 y 2016.
De acuerdo al análisis del Centro Aeroespacial Alemán, la estancia Carandayty, ubicada en Alto Paraguay, tuvo una deforestación aproximada de 4619 hectáreas entre 2013 y 2020, Timboty, ubicada en Presidente Hayes, tuvo una deforestación aproximada de 2037 hectáreas en el mismo periodo. Mientras que Santa Rosa, también en Presidente Hayes, tuvo una deforestación de 824 hectáreas entre 2015 y 2016.
Deforestación 2013-2020 en la Estancia Timboty de PAYCO. Fuente: Centro Aeroespacial Alemán – Enmannuel Da Ponte – Imágenes Google Earth
En el caso de Carandayty y Timboty, ambas cambiaron de propietario en 2023. De acuerdo a la base de datos del Catastro, desde agosto están a nombre de la fiduciaria Investor. El Surtidor y CORRECTIV no encontraron registros que pudieran dar con los actuales dueños de la Estancia Santa Rosa.
La empresa no solo creó espacio para el ganado en el Chaco. En la Región Oriental, PAYCO aparentemente hizo talar una plantación de palma para crear plantaciones de eucaliptos, según un estudio de 2021 de la organización de derechos humanos FIAN. El estudio incluye, además, denuncias en otras propiedades de la empresa sobre el uso de agroquímicos y conflictos por titularidad de tierras.
PAYCO no respondió a las consultas de CORRECTIV y El Surtidor sobre los hallazgos a la fecha de cierre de edición.
Veinte días antes de la publicación del reportaje, ambos medios también compartieron los hallazgos con autoridades paraguayas, sin que estas hayan confirmado o negado, hasta el momento, si la deforestación documentada en las propiedades condice con los planes de uso de la tierra o afectaron las reservas forestales que por ley se debe mantener en el Chaco.
En su descargo ante los hallazgos previo a la publicación del reportaje, la DEG informó que el banco no tenía conocimiento de la deforestación. «Según nuestra información, en 2016-2017 se hizo una conversión de tierras a una escala mucho menor (a la reportada por CORRECTIV y El Surtidor) de aproximadamente 800 hectáreas, que ya había sido solicitada antes de la inversión de DEG y aprobada por las autoridades competentes en 2014», respondió. La DEG continúa su descargo diciendo que «según nuestra información, la empresa (PAYCO) no ha realizado ni solicitado más deforestación desde 2016».
Los datos satelitales del Centro Aeroespacial Alemán, sin embargo, sí muestran que PAYCO realizó la mayoría de su deforestación en las estancias Timboty y Carandayty después de 2016, lo que aumenta dudas sobre el supuesto proceso de control ambiental impulsado por la DEG en sus inversiones.
De «dueños de todo» a embargados en todos lados
La Paraguayan Agricultural Corporation no siempre se llamó así, pero tiene una historia de cincuenta años en el país. De acuerdo a datos recogidos por la economista Sarah Zevaco, investigadora del think tank especializado BASE IS, el Grupo Espírito Santo hizo su primera inversión en Paraguay en 1976, cuando compró la Estancia Golondrina.
Espírito Santo, un grupo conformado por banqueros portugueses creado en 1869, acababa de reinventarse en el paraíso fiscal de Luxemburgo luego de que su banco haya sido nacionalizado por la Revolución de los Claveles en Portugal. En 1979, la Estancia Golondrina pasa a ser parte directa del grupo empresarial con la creación de la Sociedad Agrícola Golondrina S.A. Entre 1997 y 2002 compra la Ganadera Corina Campos y Haciendas SA y crea, junto a Unique Wood, la Forestería Certificada en Paraguay (ForCerPa).
Para 2009, el grupo Espírito Santo se había ampliado para incluir EuroAmerican Finance, adquiriendo deuda para recuperar el banco a su nombre en Portugal y fundando Rio Forte Invesments. En 2013, anunciaron la inversión de la DEG, creando la Paraguayan Agricultural Corporation en Luxemburgo, propietaria de todas las actividades de Espírito Santo en nuestro país.
Ricardo Salgado Espírito Santo era el hombre en la cima del grupo empresarial, y en Portugal le decían DDT —Dono Disto Tudo. Dueño de todo esto—.
La debacle se supo en 2014, un año después de la inversión de la DEG, pero empezó antes. El impacto de la crisis financiera en Portugal significó que la deuda tomada por el grupo para recuperar el banco a su nombre se hizo insostenible, por lo cual el grupo realizó maniobras fraudulentas para seguir accediendo a capital. Tras una batalla interna entre accionistas y la intervención del banco en Portugal, su subsidiaria Rio Forte se declaró en quiebra el 22 de julio de 2014. El 29 de julio, la quiebra es reconocida por xxxx.
Ricardo Salgado Espírito Santo pasó de ser dueño de todo a estar embargado en todos lados. En 2022 fue declarado culpable del desvío de fondos del grupo empresarial a una sociedad off-shore. Antes debió pagar millones de euros en varias demandas por fraude a clientes de su banco. Portugal le confiscó el pasaporte y está acusado de 65 delitos.
Un día después de que se reconozca la quiebra de Rio Forte, subsidiaria de Espírito Santo, el 30 de julio de 2014 se creó la Paraguayan Agricultural Corporation SA (PAYCO), pero esta vez con sede en Paraguay. De acuerdo a la escritura oficial, se trata de la fusión de las dos empresas que el grupo tenía en el país (Golondrina y Corina) y el 85% del capital provenía de EuroAmerican Finance, otra de las subsidiarias de Espírito Santo. El resto eran las acciones de la DEG de Alemania.
Copia de la escritura presentada por PAYCO para vender servicios ambientales a la ANDE
De acuerdo a la investigación de Zevaco, cuando el 8 de diciembre de 2014 una corte en Luxemburgo confirmó la insolvencia de las empresas del grupo Espírito Santo y empezó a incautar sus propiedades, PAYCO Paraguay quedó a salvo.
Ya bajo la sociedad anónima en Paraguay, PAYCO siguió adquiriendo propiedades e invirtiendo en eucaliptales, soja y ganadería. Para los eucaliptales, logró una inversión de Unique Wood, que a su vez es cofundadora del Fondo Arbaro, que recibió millones de dólares de financiamiento europeo para impulsar medidas de mitigación climática. En el caso de Paraguay, Arbaro financió la plantación de 10.000 hectáreas de eucaliptos de Forestal Apepú y San Pedro, que se venden en el mercado voluntario de carbono de Verra.
PAYCO fue citada por el senador Patrick Kemper como una de las entidades que participó del proceso de creación del proyecto de créditos de carbono, que cuenta con media sanción del Senado.
La empresa también se dedicó a vender al Estado paraguayo los servicios ambientales de la Reserva Ypoti a su cargo. En 2019 fue adjudicada con Gs 714.000.000 (100 mil dólares aproximadamente) de parte de la ANDE para compensar el impacto de la Hidroeléctrica Acaray.
Desde 2017 hubo dos intentos de PAYCO de vender sus propiedades. La primera estuvo a cargo de Exan Capital. Un segundo proceso de venta, a cargo de Deloitte, también fracasó en 2019.
Sin embargo, los sucesivos reportes de la propia empresa documentan una progresiva venta de sus propiedades y el final de su proyecto de eucaliptales. Timboty y Carandaity, por ejemplo, están hoy a nombre de Investor.
¿Quién se hace cargo?
Actualmente, en el Tribunal Administrativo de Colonia existe una demanda de información contra el banco de desarrollo estatal KfW, al cual también pertenece la DEG. La organización de derechos humanos FIAN y el Centro Europeo para los Derechos Constitucionales y Humanos (ECCHR) exigen la divulgación de los planes de acción ambiental y social de PAYCO en Paraguay.
A pesar de que el tribunal dio la razón a las organizaciones, KfW apeló esta decisión. El tribunal había decidido que KfW está obligada a proporcionar información en virtud de la Ley de Libertad de Información alemana —y eso incluye a la DEG—.
CORRECTIV y El Surtidor preguntaron a la DEG sobre los planes de PAYCO. La DEG se negó a proporcionar la información afirmando que no está obligada por la ley.
Informe de Sostenibilidad de PAYCO en 2015, donde se puede ver a las 3 estancias donde se identificó deforestación.
La forma en que maneja la información muestra que la DEG se ve incorrectamente a sí misma como un banco privado, dice Roman Herre de FIAN Alemania. «Y no como un actor mandatado por el Estado que actúa en interés público y es responsable».
La falta de transparencia y las prácticas comerciales cuestionables también son un tema recurrente en el Parlamento de Alemania, donde desde hace años se pide al gobierno federal de aquel país mayor transparencia y regulación a los negocios de la DEG. «El banco opera a la sombra de KfW. Nadie sabe exactamente qué hace en realidad», dice Peter Wolff, experto en finanzas y desarrollo.
Consultado por CORRECTIV y El Surtidor, el Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania defendió a la DEG diciendo que «sin fondos del sector privado no se pueden lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible ni los objetivos climáticos del Acuerdo de París».