El Instituto de Israel para Investigación Biotecnológica (IIBR), dependiente del Ministerio de Defensa, informó el lunes que desarrolló un anticuerpo utilizado contra la Covid-19. Esto, según indican, podría significar un posible tratamiento contra el nuevo coronavirus. Sin embargo, no queda claro si el anticuerpo ya se ensayó en animales o en personas. Los investigadores le aclararon al presidente de Israel, Reuvén Rivlin, y al titular de Defensa, Naftali Benet, que esto permitiría desarrollar medicamentos para pacientes con covid-19, pero que no se trata de una vacuna.
El director general del instituto israelí, Schmuel Shapira, informó que el anticuerpo está en proceso de ser patentado y que se buscará una empresa internacional para producirlo en grandes cantidades. Y es que las patentes ya amenazaron a la salud pública en el pasado. Esta es una de las razones por las que al menos cuatro países –Ecuador, Chile, Canadá e Israel– evalúan licencias obligatorias para romper patentes de empresas que abusen por la crisis.
Qué es un anticuerpo y cuál es la diferencia con una vacuna
Los anticuerpos son proteínas producidas por el sistema inmunitario cuando detecta sustancias dañinas llamadas antígenos, como virus o bacterias. Cada tipo de anticuerpo es único y defiende al organismo de un tipo específico de antígeno. Una de las líneas de investigación que están siguiendo los científicos es la exploración de anticuerpos para llegar a dar con un rápido tratamiento para la covid-19.
Mirtha Calderini, especialista en Infectología clínica parte de la Sociedad Paraguaya de Infectología, explica que es muy difícil conseguir la vacuna porque los virus tienen una alta capacidad de mutación. «Nuestro cuerpo, normalmente, puede generar anticuerpos. Pero todavía no tenemos anticuerpos contra la covid-19. Ellos están buscando una parte químicamente monoclonal», refiere. Esto quiere decir que son proteínas generadas por una sola línea celular. Si uno está enfermo y recibe el anticuerpo, frena el desarrollo de la enfermedad. No es lo mismo que una vacuna.
Este tipo de anticuerpos se utiliza desde los años noventa para el tratamiento de varias enfermedades, especialmente el cáncer o la artritis reumatoidea. Uno de los anticuerpos que se llegó a probar en Paraguay fue la Tocilizumab, que es un bloqueador de la interleucina 6 (una de las proteínas generadas por la respuesta inflamatoria en casos de artritis. Las agresiones al cuerpo generan inflamación, que se compone por sustancias químicas como la interleucina 6. En grandes cantidades, puede producir lesión a los órganos. Si hay algo que bloquee esa proteína (como Rituximab) la inflamación disminuye.
Según Calderini, en caso de que los resultados de las pruebas sean positivas –si se consiguen esos anticuerpos– se puede frenar la enfermedad y evitar que alcance casos graves de covid. Pero los costos de fabricación del anticuerpo podrían ser altos.
Queda por ver si el sistema de salud pública puede solventar los costos de esta nueva medicación en caso de que pueda manufacturarse y distribuirse. Pero el impacto sería muy importante. «Vamos a tener que clasificar a los pacientes, ver en qué estadio de la enfermedad están. Lo que se busca es aplicar el anticuerpo y frenar el avance la enfermedad», señala Calderini.
La vacuna que mantiene al mundo en vilo
La aplicación de las vacunas es el único método que erradicó enfermedades en el pasado. Así desaparecieron la viruela y la peste bovina. Las vacunas también ayudaron a eliminar casi por completo la poliomielitis y otros padecimientos como el sarampión o la rubéola. El mundo está en vilo por la aparición de una vacuna que nos proteja contra el SARS-CoV-2 y nos regrese a una «normalidad».
El portal digital The Times of Israel reportó que hay unos cien equipos de investigación en el mundo buscando una vacuna para el virus, de los cuales una docena están en los primeros estadios de ensayos en humanos. Israel es uno de esos países que están a la cabeza de la carrera contrarreloj para conseguir la inmunización. Pero los expertos advirtieron en marzo que, de desarrollarse una vacuna, tardaría al menos 18 meses en estar disponible.
Esta semana, Juan Carlos Portillo, titular del Viceministerio de Atención Integral a la Salud y Bienestar Social, anunció que Paraguay participará en las pruebas de la OMS de fármacos contra la covid-19 «Solidaridad». Se trata de un programa internacional que consiste en comparaciones a través de ensayos clínicos de la seguridad y eficacia de cuatro fármacos o combinaciones de fármacos contra la covid-19, con la participación de más de 45 países.
En el estudio Solidaridad se utilizarán los fármacos remdesivir, lopinavir, interferón e hidroxicloroquina. Podés leer más sobre la hidroxicloroquina aquí. También realizarán pruebas de una combinación del lopinavir y el interferón, que es un grupo de proteínas señalizadoras producidas y secretadas por las células anfitrionas como respuesta a la presencia de virus. La OMS advierte que los médicos y las asociaciones médicas no deben administrar estos tratamientos no probados a pacientes infectados, ni recomendar que se automediquen.