Más de veinte víctimas de la dictadura estronista testificaron contra el principal «interrogador» del régimen. La justicia le dio 30 años de prisión.
Eusebio Torres se para, camina hacia Carlos Casco y lo golpea con una cachiporra en la cara. Luego vuelve a sentarse y continúa con el interrogatorio.
En abril de 1976, la policía detuvo a Casco en el puerto de Asunción por formar parte de la Organización Primero de Marzo (OPM), un movimiento político militar que intentó derrocar al dictador Alfredo Stroessner.
A Casco lo desnudaron, lo acostaron boca abajo en una banqueta y lo golpearon con sables y cachiporras en la espalda y la planta de los pies. Fue sometido a «sesiones de pileta» tres días seguidos. Todo bajo la orden de Torres.
Teresa Dejesús Aguilera, esposa de Carlos Casco, estaba embarazada cuando fue golpeada, ahogada y torturada. Compartió celda con Guillermina Kanonnikoff, militante de la OPM.
En marzo de 1977, ya en el penal de Emboscada, a Kanonnikoff le dijeron que saldría en libertad. Pero el comisario Torres quería que firmara unos papeles antes.
«Yo le dije que no iba a firmar. Para ese entonces ya sabía que a mi marido lo habían matado, y ya no me importaba nada», relató Kanonnikoff durante el juicio a su torturador.
«Sin saber cómo hacerme declarar, me tiran junto a Torres y con su látigo, al que llamaba Constitución Nacional, delante de mi hijo de ocho meses me golpeaba. Rompió todo un escritorio. Era una bestia salvaje. No tenía piedad de nadie. Cientos fuimos los que pasamos por sus manos».
En su intento de defensa, Torres dijo al mismo tribunal: «Ellos se confundieron. Yo no prestaba servicios en esa dependencia en el tiempo que ellos dicen que fueron víctimas».
Pero más de 20 víctimas contaron las historias de abuso, humillación y tortura ordenadas y propinadas por el principal interrogador de la dictadura.
En diciembre de 2014, durante el gobierno de Horacio Cartes, Torres fue homenajeado en un acto oficiado por el ministro del Interior Francisco de Vargas, al cumplirse 50 años del egreso de su promoción de la Escuela de Policía.
El 20 de febrero de 2024, un tribunal condenó a Eusebio Torres de 88 años a la pena máxima de 30 años de cárcel por torturar a Carlos Casco, a su hermano, Luis Alberto Casco, y a su esposa ya fallecida, Teresa Dejesús Aguilera de Casco. Debe cumplir arresto domiciliario hasta que la sentencia quede firme.
Hasta hoy, Paraguay condenó a ocho responsables de crímenes de lesa humanidad.