Desde el 10 de marzo, cuando el gobierno paraguayo anunció la suspensión de clases para evitar la propagación del nuevo coronavirus, supimos que teníamos poco tiempo que perder y muchas decisiones que tomar. Aunque ser un medio independiente significa aprender a navegar la incertidumbre constantemente, no estábamos preparados para responder a tantas preguntas y dudas sobre la nueva pandemia y las acciones de las autoridades. Pero dos cosas nos quedaron claras ese día: es un evento histórico que estamos obligados a cubrir, y que para atravesar la incertidumbre la gente necesita información clara, precisa y verificada.
Decidimos descartar varios planes y modificar gran parte de nuestra producción. La pregunta siguiente fue qué cubrir, habiendo tanto para informar. Dejamos que sea la audiencia de El Surti la que nos guíe. Y así nos enfocamos en cuatro aspectos: infodemia, poder, cuidado y testimonios.
La colaboración, nuestra clave para luchar contra la infodemia
Mientras el ministro de Salud anunciaba que dos paraguayos estaban infectados con coronavirus, veíamos en tiempo real en redes sociales el crecimiento exponencial de otra pandemia, la infodemia. La OMS considera una amenaza a la salud pública la práctica de infundir pánico y promover conductas erróneas con desinformación. Por eso decidimos redoblar nuestros esfuerzos en fact checking a través de La Precisa, la sección de chequeos de El Surtidor. Para poder estar a la altura del desafío, nos apoyamos en la audiencia y en redes internacionales de chequeadores.
Como una gran cantidad de mentiras circulan por servicios de mensajería, le pedimos a las miles de personas suscritas en nuestra lista de WhatsApp que nos manden información dudosa para que verifiquemos. Su ayuda fue crucial para hacer nuestro trabajo. Todos los días recibimos pedidos de la audiencia de verificar mensajes, videos y audios. Cada jueves les enviamos un podcast con los chequeos que realizamos. En esta instancia la audiencia también es determinante. Ellos nos ayudan con la difusión de los fact checks reenviando a sus grupos y contactos.
Pero el trabajo de fact checking sería mucho más difícil si no fuera por la colaboración internacional. Como el coronavirus, la desinformación desconoce fronteras. Sólo un esfuerzo colectivo puede hacerle frente.
Nos sumamos a la #CoronavirusFacts Alliance, un esfuerzo global que reúne a más cien periodistas de todo el mundo coordinados por la International Factchecking Network del Poynter Institute para desmentir falsedades. Su base de datos tiene más de 3.500 chequeos, a la cual contribuimos desde Paraguay. Y desde abril armamos un equipo especial para ilustrar los chequeos de la red Latamchequea, de la que formamos parte junto a 33 organizaciones de Latinoamérica.
Investigamos al poder con mirada regional y global
La historia muestra que en las crisis los grupos de poder siempre encuentran cómo salir ganando. La pandemia del coronavirus no será la excepción y es nuestra responsabilidad denunciarlo. Además de monitorear las acciones de las autoridades paraguayas y el sector privado como las empresas proveedoras del Estado, nos unimos a la alianza Centinela Covid-19, una iniciativa de 15 medios de 13 países de la región. El objetivo es indagar de forma colectiva las respuestas de los gobiernos a la mayor crisis de salud pública en un siglo. En la alianza están medios como Univision de Estados Unidos, Ciper de Chile, El Faro de El Salvador, IDL Reporteros de Perú y Quinto Elemento de México.
Para un medio en crecimiento como el nuestro, la colaboración con colegas de otros países nos permite encontrar ángulos novedosos a historias, nutrirnos de su experiencia y publicar historias que solos sería más difícil revelar. En un corto tiempo ya logramos conocer qué información no están contando los gobernantes de la región y verificar posibles sobrecostos de insumos críticos como respiradores. Continuamos trabajando en la cobertura conjunta del impacto social en la pandemia y en las compras públicas para identificar posibles casos de corrupción, manipulación de precios y abusos.
Los relatos de la gente son el primer borrador de la historia
Sabrina Duque, periodista finalista del Premio Gabo 2015 y ganadora de la Beca Michael Jacobs de Crónica Viajera 2018, dijo que el perfil periodístico es un texto que demuele prejuicios. Esta es la razón por la que decidimos enfocarnos en las historias de la gente, en especial de las poblaciones más vulnerables. Para contrarrestar la propaganda gubernamental, la discriminación, los abusos de un Estado envalentonado con una nueva excusa para perseguir y criminalizar, escuchamos a las personas.
Hasta ahora sus voces dejan en evidencia las consecuencias de años de desidia de las autoridades, la improvisación y negligencia en ministerios como el de Educación, faltantes de insumos de protección y la amenaza real del hambre en las comunidades más pobres del país con la cuarentena.
Hacemos un esfuerzo porque estas historias no se lean como meras anécdotas. Reporteros, diseñadores e ilustradoras trabajan para que queden como registro histórico. Cada vez que entrevistamos a una madre o a un médico, a un estudiante o una lideresa indígena, cada vez que diseñamos e ilustramos sus rostros, vivencias y sentimientos, estamos haciendo memoria para el futuro.
El cuidado, paradigma que puede vencer al virus
Hacemos periodismo de servicio para responder a la necesidad urgente de la audiencia de tener información que le permita cuidarse y cuidar a su entorno. Publicamos sobre reglas sanitarias, cómo defender los derechos laborales, qué hacer si la policía o los Lince quieren abusar de su poder en cuarentena y cómo ayudar a otras personas que necesitan.
Juliana Quintana, periodista de El Surtidor, cuenta que el paradigma que podría vencer la pandemia es la comprensión el «infectado» no es el otro. Puede ser cualquiera de nosotros. Tratamos de cubrir con esta consigna en mente y transmitirle lo mismo a la gente. La pandemia no es una guerra ni se suspenden los derechos humanos por la aparición de un nuevo virus. Como periodistas asumimos el compromiso de no olvidarlo.