En las últimas semanas corrió en WhatsApp una cadena que afirmaba que «Washington Post confirma origen del paciente cero del coronavirus: era empleado del famoso laboratorio de virología de la ciudad china de Wuhan», acompañado de una nota de opinión del medio norteamericano.
La nota de Washington Post es real, pero en ninguna parte dice lo que el texto compartido en WhatsApp le adjudica.
Primero: Lo que SÍ dice el artículo del Washington Post
El 14 de abril, el periodista de opinión Josh Rogin publicó en el medio norteamericano una columna donde afirmaba que en 2018 fuentes de inteligencia del Departamento de Estado de Estados Unidos reportaron problemas con la seguridad del Instituto de Virología de Wuhan, el primer laboratorio chino en obtener la máxima certificación de bioseguridad y donde un equipo liderado por la científica Shi Zhengli trabajaba en investigar varios tipos de coronavirus provenientes de murciélagos. La investigación estaba designada para prevenir otra pandemia como el SARS, otro coronavirus que afectó a miles de personas en 2003.
Puntualmente, el informe de inteligencia cita «una seria escasez de técnicos debidamente entrenados e investigadores necesarios para operar con seguridad el laboratorio».
Tal información provenía de la visita de científicos diplomáticos a tal laboratorio en enero de 2018. Los investigadores chinos del Instituto de Wuhan estaban recibiendo asistencia de varias organizaciones y universidades de Estados Unidos y requirieron ayuda adicional. El informe de inteligencia recomendaba mayor apoyo norteamericano a China debido a que la investigación sobre coronavirus en murciélagos era importante, pero también peligrosa.
Segundo: el virus NO fue una creación de laboratorio
Lo apunta abrumadora evidencia científica de investigaciones en múltiples países, como por ejemplo, éste artículo publicado en la Revista Nature, que documenta el análisis del genoma del virus para saber su historial y «árbol genealógico». Y este comunicado en la revista The Lancet –firmado por los presidentes US National Academy of Science, US National Academy of Engineering, and US National Academy Medicine, además de otros cientos de científicos y científicas– apuntan a que el SARS-COV-2, el coronavirus que causa la covid-19 no es una creación de laboratorio, sino que se trata de un virus con origen en la vida silvestre. La idea que se maneja es que el virus mutó entre sus huéspedes originales, los murciélagos, hasta lograr contagiar a humanos a través de un animal intermedio.
Tercero: de dónde viene la desinformación
Que el virus se haya creado en un laboratorio es falso. Que se haya identificado a un empleado del Instituto de Wuhan como «paciente cero» también es falso.
Que un virus de origen natural se haya escapado de un laboratorio, no sabemos.
Esa es la hipótesis que desarrolla el periodista Josh Rogin en su artículo en el Washington Post. Pero es eso. Una hipótesis. Y según el propio equipo de fact-checking del Washington Post, aliado junto a El Surtidor y otros 80 medios en la Coronavirus Facts Alliance, es una hipótesis dudosa. Todavía es considerada, aunque sea una posibilidad remota, en parte debido a que la tesis presentada por el gobierno chino –que el origen fue en un mercado de Wuhan– también es cuestionable. El primer caso documentado no tiene vínculos con el citado mercado.
Saber el origen de la covid-19 no se trata de quién tiene la culpa –como tanto los gobiernos de China y Estados Unidos han intentado sostener en su guerra informativa– sino una información relevante para evitar en el futuro nuevas pandemias similares.