#LatamRecicla

la vida y la muerte entre objetos que ya nadie quiere

Zona 3 de Guatemala, o cómo algunos vertederos a cielo abierto son centros de la contaminación, violencia y muerte en Latinoamérica

Era miércoles cuando Marina Escobar pensó que se moría. La basura del vertedero donde estaba sentada almorzando con una amiga se empezó a mover.

Se hundió hasta la cintura. Vio su alrededor convertirse en remolino. Marina cerró los ojos y empezó a rezar.

Cuando los abrió, estaba sola. Los datos oficiales hablaron después de cuatro muertos y quince desaparecidos por un deslave de basura. Pero Marina dice que fueron más de trescientas las víctimas. Su amiga nunca apareció.

Fue el 27 de abril de 2016 en el vertedero de Zona 3, Ciudad de Guatemala.

Diez mil recolectores, guajeros, recorren Zona 3 todos los días entre montañas de basura de cuatrocientos metros. Buscan plástico y cobre para vender. Encuentran la ropa que a veces visten y la comida que a veces comen. También hay líquidos corrosivos y restos de productos de limpieza y perfumes.

El vertedero a cielo abierto está desde 1956 en un barranco, con un afluente de agua abajo y tierra arcillosa. Tiene el tamaño de ocho estadios de fútbol. Es el destino de las tres mil toneladas de desechos que cada día generan tres millones de personas en ciudad de Guatemala y otros catorce municipios.

Por cada bolsa de nylon llena de lo que recolecta en el vertedero, Marina recibe poco más de medio dólar. Los guajeros deben rendir cuenta a sus intermediarios, los únicos que le permiten entrar al vertedero y los únicos a los cuales le pueden vender lo que recogen.

El intermediario está relacionado a una fábrica de plástico, a personas vinculadas a grupos de poder o a las pandillas Barrio 18 o la Mara Salvatrucha. Se disputan y reparten con violencia el negocio. Las mafias se encargan que nadie olvide las reglas. Por eso Marina pidió que se le llame Marina, que no es su nombre real.

Lo que sucedió en 2016 también pasó en 2012, donde murieron cuatro personas y en 2008, cuando dos camiones de recolectores quedaron enterrados.

Es una tragedia que es más tragedia porque es evitable. Un informe de la cooperación japonesa en Guatemala de 1991 ya decía que Zona 3 colapsaría en diez años. Hasta hoy sigue abierto.

A datos de 2016, el 40% de la basura del mundo terminaba en vertederos de cielo abierto como el de Zona 3.

El aire, el agua, los cultivos: todo está afectado por los residuos y cómo los tratamos. Los residuos urbanos desprenden un líquido llamado lixiviado, que puede contaminar el suelo y el agua. También generan gases como el metano, uno de los causantes del efecto invernadero y que atrapa veinte veces más calor que el dióxido de carbono, lo que puede provocar incendios que afectan la calidad del aire.

Cualquier plan para cambiar la gestión de la basura debe incluir a los primeros que pueden ayudar a solucionar el problema: los recicladores.

Los recicladores de base son los principales recuperadores de residuos. Son expertos en ver más en donde la mayoría solo ve basura. Combaten las emisiones de carbono recuperando miles de toneladas de material, un papel, un cartón o un metal a la vez.

Brasil, que en 2018 cerró el vertedero a cielo abierto más grande de Latinoamérica en Brasilia, fue el primero en incluir a los recicladores a través de cooperativas en el sistema municipal de recolección.

Colombia determinó en 2016 que todas sus ciudades deben contratar a organizaciones recicladores para la recolección, transporte y clasificación de sus residuos.

Con el cierre del vertedero en Portoviejo, Ecuador, gobierno, recicladores y ciudadanía tuvieron que acercarse. En las casas se debe separar en origen la basura. El gobierno pone un camión recolector. Luego llega el turno de los recicladores.

Son los primeros pasos para enfrentar el desafío de cerrar vertederos.

Porque los vertederos muchas veces constituyen un negocio dominado por mafias. Porque nuevos vertederos generan rechazo en las comunidades cercanas. Porque quienes trabajan vertederos informales muchas veces arriesgan su vida mientras no puedan incorporarse a sistemas formales de recolección.

Como Marina Escobar, que mañana irá al vertedero Zona 3 a trabajar, como el miércoles que pensó que se moría.

Reportaje de Maxi Manzoni & Carolina Gamazo en Guatemala · edición jazmín acuña & juan heilborn · ilustración robert báez · con el apoyo de iniciativa regional para el reciclaje inclusivo, irr