Las mujeres de la ocupación de Crescencio González en San Pedro denunciaron golpes, manoseos y amenazas de violación en dos de los desalojos perpetrados por la policía. En el primero, los agentes ejecutaron al dirigente Crescencio González. Por eso hoy la colonia lleva su nombre. En el segundo desalojo fueron asesinados Justo Villanueva, Felipe Osorio y Huber Duré. En ambos casos hubo más de 40 personas heridas de bala.
Los campesinos lograron asentarse en esas tierras a pesar de la brutalidad de las represiones. Las dos ocupaciones que realizaron abarcaron más de 4.700 hectáreas de la zona conocida como estancia La Esperanza, parte del latifundio de 33.000 hectáreas de la agroganadera Aguaray S.A., propiedad del brasileño Evaldo Emilio de Araujo. La empresa ocupaba de forma ilegal una fracción de tierras fiscales.