Comienza el 2021. Luego de otro verano lleno de cortes de electricidad, escasez de agua y largas horas para entrar a la ciudad, el Estado se da cuenta que es un gasto público más eficiente repoblar el centro de Asunción que pagar puentes, rutas, caños de agua, transformadores de luz y viaductos para cubrir las distancias entre un millón y medio de personas que viven cada vez más lejos en Central, y sus trabajos, escuelas, colegios y universidades están en la capital.

Se promueve la creación de cooperativas de vivienda para recomponer casas abandonadas. Además, incentivos fiscales para que propietarios reconviertan sus inmuebles. Se controlan las burbujas inmobiliarias evitando que propiedades se usen para lavar dinero.

Hay más gente en Asunción, lo que significa que el costo por habitante para mantener los servicios baja.

La Municipalidad recupera las 15 seccionales coloradas en tierras malhabidas de la ciudad. Ahora son públicas, llenas de gente de todas las edades y clases sociales.  Allí, los fines de semana hay ferías agroecológicas, clases de zumba, deporte y arte para niños y niñas.

Si vivís cerca no necesitás auto ni moto. Mejora la calidad de aire, hay menos polución sonora y –por primera vez– se reducen los accidentes de tránsito, principal causa de muerte entre jóvenes de 19 a 35 años.

Ya no se gasta tanto en mantener calles ni se pierde espacio en estacionamientos. Tu tarjeta de boleto electrónico te sirve para alquilar la bici que te lleva hasta la parada del bus municipal.

También te sirve para pagar un pasaje unificado de transporte público por hora, si necesitás tomar otro bus o el tren de cercanías para ir o volver del Área Metropolitana. Los carriles son preferenciales para el transporte colectivo.

Se crean supermanzanas, con circuito de peatonales y bicisendas con sombra de árboles nativos. Bares, comercios y mercados barriales ofrecen atención al aire libre, más seguro ante el covid. Podés andar en auto ahí, pero te va a llevar más tiempo.

Se implementa un plan municipal de reconstrucción de veredas, que se convierten en responsabilidad pública. Son uniformes y utilizables para personas con discapacidad.

No te diste cuenta. Pero sin tanto tráfico ahora tenés en promedio 80 horas más al mes para cocinar con tu pareja, leer, terminar esa serie, hacer ejercicios, jugar, dormir. Hacer lo que quieras.

Y por primera vez, al vivir más juntos, pero con suficiente espacio para todos, nos damos cuenta las necesidades, dificultades y perspectivas que tienen otros, otras, otres.

Porque la ciudad puede ser el invento más democrático que existe.