Algo no está bien con la salud mental de la Policía

Depresión, estrés, violencia intrafamiliar, gatillo fácil y suicidios entre los uniformados mientras hay solo 70 psicólogos para 26 mil policías y sus víctimas.

Ricardo Riquelme volvía del hospital en auto con su familia el sábado 30 de mayo cuando encontró a unos metros una barrera policial ilegal.

En el auto iba él, a su lado su esposa Soledad, su hija de 3 meses y atrás Lucas, su hijo de seis años.

No tenía dinero y sabía que los policías intentarían extorsionarlo por violación de la cuarentena, así que intentó desviar la barrera dando media vuelta.

La policía empezó a perseguirlos. Y les disparó. Seis veces. Tres de las balas alcanzaron a Lucas.

Ahora, aparte de exigir justicia, Riquelme presentó una nota a la Comandancia pidiendo que todos los policías sean sometidos a estudios psicológicos, psiquiátricos y toxicológicos

De un promedio de 6.000 policías que buscan ascensos cada año, la mitad muestra signos de depresión, según la propia Policía. No tienen la obligación de seguir terapia. 

Un análisis de El Surtidor de la lista de funcionarios muestra que solo hay 70 psicólogos para  26 mil policías en todo el país. Y no todos están preparados para intervenciones clínicas.

Además, no existen psicólogos en las direcciones de la policía en los departamentos. La salud mental está centralizada en Asunción.

Una psicóloga de la institución admite que lo ideal es contar con 3 a 4 profesionales de salud mental por dirección policial en cada departamento, proporcional a la cantidad de policías en las comisarías.

«70% del personal policial tiene estrés. Una suma de factores: mala alimentación, sobrecarga de trabajo, abuso de jefes, no tienen tiempo de distracción y lo más fuerte, el desarraigo. La mayoría de los policías proviene del interior», explica

Entre suboficiales se dan casos de suicidio, violencia intrafamiliar y gatillo fácil.

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«Los suboficiales que ingresan básicamente son arrojados a la calle sin siquiera entender bien cómo deben manejar un arma», afirma la psicóloga de la Policía.

La cobertura de salud mental también tendría que considerar las víctimas de la policía.

El comisario Silvio Cantero, director de Policía de Central, llamó a Ricardo Riquelme a ofrecerle un psicólogo para su hijo.

«Si ustedes mismos no preparan a sus oficiales, ¿vos pensás que yo le voy a llevar a mi hijo para que un psicólogo policial le haga su tratamiento?», le respondió.

La familia hizo una pollada para lidiar con los gastos médicos de Lucas. Al enterarse de que un policía asesinó a su propia familia en Capiatá, Riquelme fue junto a las víctimas y les llevó pollos.

Ricardo Riquelme anunció que crearán una asociación para combatir los casos de gatillo fácil.

«Vamos a irnos contra el Estado, contra la autoridad, contra quien sea, para que esto pueda terminar», asegura. 

Lucas Riquelme no murió. Pero renació, dice su padre.

Tiene insomnio, pesadillas y volvió a usar pañales.