No solo es alimentación, defensa y salud del bebé, a la madres también le hace bien.
La leche materna es suficiente para el bebé durante los 6 primeros meses de vida (lactancia exclusiva). Después de ese periodo, el bebé debe seguir mamando hasta los 2 años y más, además de consumir otros alimentos.
La niña o niño que mama está más protegido contra enfermedades. A través de la leche materna, la madre le pasa los anticuerpos que desarrolló a lo largo de su vida.
Según la OMS, la lactancia materna exclusiva reduce la mortalidad del lactante por enfermedades como diarrea o neumonía y ayuda a una recuperación más rápida.
Amamantar redunda en beneficios para la salud y el bienestar de la mujer. Reduce el riesgo de desarrollar cáncer de ovario y de mama.
La lactancia materna fortalece el apego, el vínculo afectivo entre madre e hijo. Esto hace que el niño sea mucho más seguro psicológica y emocionalmente.