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El humo provocado por los incendios forestales y la sequía hace que la calidad del aire que respiramos se vea afectada. Además, permite que el virus de la covid permanezca más tiempo flotando en el aire. Pero, las micropartículas de saliva siguen siendo las vías principales de contagio. De momento no hay evidencia de que el humo del cigarrillo o el vapeador sea una vía de transmisión del SARS-CoV-2.
En nexo entre la contaminación del aire y la covid
En las últimas semanas, Asunción y ciudades aledañas se despertaron rodeadas de humo. Los incendios forestales y la contaminación ambiental provocó un aumento en los niveles de micropartículas en el aire, que es una especie de polvillo de ceniza que lo vuelve insalubre. Como estas cenizas no bajaban al suelo, la calidad del aire se deterioró en varios puntos del país.
De acuerdo a los estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el porcentaje de contaminación ya es tóxico en la capital del país. También la ONG Aire Paraguay alertó sobre las escalas de contaminación. Pero, ¿esto qué tiene que ver con el coronavirus? En los países con alta contaminación ambiental, como Paraguay, el virus del Sars-Cov-2 permanece mucho más tiempo en el aire. El nivel tóxico del ambiente afecta no solo a alérgicos sino a la población en general.
Un ligero aumento en la exposición a la contaminación a largo plazo podría tener graves consecuencias relacionadas con el coronavirus. Incluso teniendo en cuenta otros factores como las tasas de tabaquismo y la densidad de población. En abril, la Universidad de Harvard publicó un estudio que ofrece el primer vínculo claro entre la exposición a largo plazo a la contaminación y las tasas de mortalidad por covid-19.
A partir de un análisis de 3,080 condados en EEUU, encontraron que los pacientes con coronavirus de zonas con altos niveles de contaminación en el aire tienen más probabilidades de morir a causa de la infección que los pacientes en partes más limpias del país. Por ejemplo, descubrió que una persona que vive durante décadas en un condado con altos niveles de partículas finas tiene un 15% más de probabilidades de morir a causa del coronavirus que alguien en una región con una unidad menos de contaminación por partículas finas.
La mayoría de las partículas finas provienen de la combustión de combustibles, como automóviles, refinerías y plantas de energía, así como de algunas fuentes interiores como el humo del tabaco. El especialista en alergias Juan Carlos Sisul, en diálogo con La Precisa, explicó que el virus queda más tiempo flotando porque el peso específico es mucho menor y que el aumento de la contaminación favorece que la gente se contagie con más frecuencia y, sobre todo, la vía de entrada es a través de la mucosa del ojo.
«Empezamos con unas conjuntivitis alérgicas e infecciosas porque con la mano sucia, muchas veces o el mismo alcohol en gel al tocarnos los ojos aumenta la irritación. Está demostrado que la gran mayoría de los médicos que contrajeron la covid la puerta de entrada fue la mucosa ocular», sostuvo.
Esto es lo que sucede en Paraguay y de manera mucho más notoria con la humareda generada por la quema de pastizales y basura. Según el especialista, en nuestro país el 49% de la población sigue usando la biomasa, que es el término con el que nos referimos a la leña, al carbón, a la «raja» que se usa mucho en el campo para cocinar. Al aspirar ese humo impacta gravemente en su salud porque pasan gran parte de su vida cocinando a leña.
Además, Sisul contó que una consecuencia de esto es la aparición de pacientes con envejecimiento pulmonar prematuro y problemas obstructivos o crónicos de pulmón, pese a no haber fumado. También aumentaron las muertes por enfermedades respiratorias no transmisibles.
Cuando hablamos del material particulado nos referimos a todo lo que es el producto de la quemazón, los químicos, la mala combustión del diesel y el azufre que está flotando. Eso hace que se absorba a través de los pulmones y atraviese a la sangre. A partir de ahí es que se distribuye al resto del cuerpo. Aún en el encierro, el producto de la combustión puede penetrar a través de la ventana o la rendija.
Por eso, algunas recomendaciones para cuidarse de la irritación en los ojos y las obstrucciones bronco-respiratorias son: el uso de tapabocas, lágrimas artificiales para contrarrestar la picazón y sequedad ocular y agua salada para limpiar la nariz. Permanecer en ambientes cerrados, con el aire acondicionado a 24 o 25 grados. Esto filtra el aire y permite reducir la humedad.
¿Qué pasa si hablamos del humo del cigarrillo?
Sitios de fact-checking como Chequeado, Maldita.es y el Detector, de La Silla Vacía, concluyeron que aún no hay estudios suficientes para asegurar que el humo del cigarrillo (o del vapeador) sea un factor de transmisión del SARS-CoV-2. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) no menciona al humo como posible transmisor.
«Vemos, sobre todo, mujeres con enfisema, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) que es muy frecuente en los tabaquistas. La falta de política, de búsqueda de una energía limpia, sustentable impide que todo nuestro país esté electrificado y utilizando la electricidad como fuente de energía», expresa Sisul.
Los datos de investigación disponibles hasta la fecha parecen indicar que los fumadores tienen un mayor riesgo de desarrollar síntomas graves y de fallecer a causa de la enfermedad.