El senador por Patria Querida, Stephan Rasmussen, afirmó en una entrevista televisiva el miércoles 7 de noviembre que el impuesto a la exportación de soja en estado natural afectaría a unos 40 mil productores de soja con fincas de menos de 20 hectáreas. Sin embargo, no hay datos de rigor que puedan sostener su afirmación. La información oficial y la tendencia en Paraguay de migración del campo a la ciudad y la alta concentración de tierras contradicen al senador. Por estas razones, su expresión es falsa.
El Censo Agropecuario Nacional del 2008 (CAN), el último que se ha hecho, es el único documento con información oficial sobre la situación en el campo. El Censo muestra que hasta el 2008 habían 27.735 productores de soja. De éstos, 14.918 eran productores con fincas de menos de 20 hectáreas, muy por debajo del número citado por el congresista.
Al ser consultado sobre la fuente del dato que dio, el senador dijo que “la cantidad de productores es una estimación hecha en base al censo agropecuario actualizado al año pasado”. Rasmussen dejó de responder al ser cuestionado sobre cómo fue actualizado el número, si dicha actualización la hizo su bancada partidaria y dónde se podría acceder a la metodología que aplicaron.
El Censo de 2008 también muestra la variación que hubo en los números en relación al censo que lo precede. Entre el número de fincas productoras de soja en 1991 – que era de 26.720 – y el 2008, hubo una variación de 3,8%. Si la tendencia en la variación se mantiene al 2018, es difícil sostener que prácticamente se haya triplicado la cantidad de pequeños productores de soja, que es lo que tuvo que ocurrir para que la afirmación del senador Rasmussen se aproxime a ser válida.
Además, si se hace el ejercicio de comparar el crecimiento de superficie cultivada de soja con la cantidad de productores o fincas entre 1991, 2008 y 2018, se vuelve altamente improbable el número citado por Rasmussen. Según el Censo del 2008, de 1991 a 2008, la superficie cultivada de soja aumentó en casi dos millones de hectáreas, mientras que el número de productores o fincas creció menos del 4%. Los datos que se disponen de superficie cultivada de soja al 2018 son de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (CAPECO). Considerando dichos datos, de 2008 a 2018, la superficie cultivada aumentó 755.144 hectáreas, por lo que el número de fincas productoras no pudo haber aumentado tanto que los propietarios de menos de 20 hectáreas hayan llegado a 40.000, cuando que hace diez años, el total de productores, entre pequeños, medianos y grandes, ni llegaba a 30.000.
Además, Paraguay experimenta un fenómeno histórico de migración interna del campo a la ciudad que es clave para hacer estimaciones de a cuántos productores afectaría el impuesto a la soja. Por ejemplo, según un análisis que de los investigadores Quintín Riquelme y Elsy Vera, datos comparativos entre la Encuesta Agropecuaria Nacional del 2002 y el Censo del 2008 muestran que se perdieron 38 mil fincas de menos de 50 hectáreas en el corto periodo de seis años. En el mismo periodo de tiempo, las cantidad de fincas con más de 10 mil hectáreas se duplicaron. Este resultado coincide con la tendencia de Paraguay a concentrar las tierras en pocas manos. Nuestro país es el más desigual del mundo en el acceso a la tierra, con un coeficiente de Gini de 0.93, siendo 1 la desigualdad perfecta.