Nos cambiamos de nombre todo el tiempo. Y lo hacemos por miles de razones: porque es difícil de pronunciar, porque nos dicen de cariño de otra forma. ¿Pero qué pasa cuando alguien está atrapada legalmente en un nombre que no la identifica?
«Mi lucha es que me recozcan por quién soy yo. Yo soy Yren Rotela»