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Cómo hicimos la investigación sobre la ONG Decisiones

Lecciones que aprendimos sobre cómo investigar en conjunto con la audiencia y múltiples pedidos de información pública

Maximiliano Manzoni

Detrás de la investigación «La ONG evangélica que se mete con tus hijos usando dinero del Estado» hay una historia sobre el poder colectivo para convertir la información en acción. Una metodología nacida de la necesidad y refrendada por los resultados.

El resumen del reportaje es este: en 2019 publicamos que Organización Decisiones utilizó durante años dinero público para dar información falsa sobre educación sexual, VIH y población LGBTI a miles de estudiantes de todo el país.

Pero arrancó con un golpe de suerte a finales de 2017, cuando revisando la lista de ongs beneficiadas en el presupuesto nacional –en busca de otra organización– encontramos una que yo recordaba porque visitaba la escuela a la que asistí en Fernando de la Mora. 

Empezamos a preguntar a nuestra audiencia cercana, de estudiantes secundarios y universitarios, si les sonaba el nombre Decisiones. Fue así que en 2018 conocimos a Somos Pytyvohára, una organización de estudiantes secundarios que militan por el derecho a una educación sexual integral.

Lección 1: Sobre hombros de estudiantes

Los estudiantes de Somos Pytyvohára no sólo habían escuchado de Decisiones, sino que muchos de ellos participaron de las «charlas» que los pastores dieron en sus aulas a lo largo de los años. Incluso lo habían denunciado en una nota del Ministerio de Educación en 2015. Como muchos de ellos vivían en lugares alejados en Central o Cordillera, lo que coordinamos fue citarnos todos en una entrevista colectiva, más cercana a una ronda de tereré que a un conjunto de preguntas y respuestas.

Esto cumplió una labor fundamental para realizar el reportaje. Primero, porque propició una conversación distendida entre pares, donde el periodista toma notas más que intervenir. Segundo, que al conversar entre ellos empezaron a aflorar los detalles: patrones repitentes en el contenido de lo que les decían en las charlas, las instituciones educativas y años en que sucedieron. Además, creó un notable mapa con todas las ciudades en las que Decisiones tenía presencia. Y como muchos y muchas todavía seguían en el colegio, nos permitió acceder a los materiales que repartían, convirtiéndolos en una especie de reporteros entre sus propios compañeros y compañeras de curso que nos llenó de información imposible de acceder de otro modo. En el reportaje final, utilizamos testimonios de 23 estudiantes de 10 ciudades diferentes.

Lección 2: Exprimir al portal de acceso a  información pública

La investigación no habría tenido el impacto que logró si, además de los potentes testimonios, no nos hubiéramos tomado el tiempo de usar una herramienta maravillosa llamada Sistema de Acceso a Información Pública. Aunque usted no lo crea, el acceso a información pública en Paraguay es bueno cuando uno aprende sus mañas. La mayoría de las oficinas de Transparencia están llenas de funcionarios que suelen tener las mejores intenciones.  Además de ser una conquista ciudadana, la herramienta permite que medios pequeños y periodistas jóvenes accedamos a datos que otrora estaban reservados para quien tuviera los contactos correctos. 

Tomamos un curso «rápido» de cuatro meses para entender la opaca burocracia detrás de la lista de ONGs que reciben dinero del Estado y pillamos que, había sido, a cambio de recibir plata debían dar un informe al Congreso y a Hacienda sobre el uso de esos recursos. Luego de intentar sin éxito con el Congreso Nacional, decidimos probar si Hacienda guardaba esos informes. Para que se hagan una idea, son más de 100 ONGs las que recibían plata, por año, desde 2002, así que mucha esperanza no teníamos.

El último día antes de que venza el plazo del pedido, nos llegó la respuesta de la Dirección de Transparencia del Ministerio de Hacienda.

En total hicimos unos 8 pedidos de información pública, lo que llevaron más o menos 3 meses en ser respondidos todos.

Pedían que fuéramos a su oficina en el centro de Asunción, porque los documentos que tenían pesaban demasiado para ser subidos a la plataforma web.

No estábamos preparados para los que nos entregaron: un pendrive eran cientos de informes en fotos y PDF imagen desde el 2013. Habían facturas del uso del dinero público, contratos con los requisitos necesarios de los pastores para dar las charlas, listas enteras de alumnos y alumnas, fotografías de colegios y escuelas por ciudad visitados, presupuestos ejecutados por año, nombres de quienes daban las charlas. Toda la evidencia que necesitábamos estaba en una sola carpeta escaneada de un bibliorato.

El problema es que pesaban unos abrumantes diez gigabytes de imágenes. El trabajo de analizar toda la documentación era un pantano que se navegó gracias a Cecibel Romero, editora de Connectas, quien apoyó con su amplia trayectoria la investigación.

Para saber cuánto dinero público usó Decisiones, debimos revisar unos 60 documentos similares a este.

Romero nos ayudó a encauzar como prioridad procesar los nombres de los miles de estudiantes participantes de las charlas. Dos semanas después pudimos ver que coincidían, tras una verificación cruzada con Somos Pytyvohára, con varios de quienes nos dieron sus testimonios. Se convirtió en un diálogo entre fuentes testimoniales y documentales que nos otorgó la confianza necesaria para publicar los hallazgos el 19 de febrero de 2019, día de inicio de clases.

Lección 3: Periodismo de cercanía

Manifestación de Somos Pytyvohára con hallazgos de la investigación en febrero de 2019. 

La participación temprana en la investigación por parte de la audiencia sirvió para romper la lógica elitista que a veces rodea a este tipo de reportajes. Escucharlos nos guió hacia dónde y de qué modo nuestro periodismo puede serles más útil, diferente al tradicional foco que busca solo una disputa con el poder, a veces alejada del cotidiano de la gente.

La apuesta significó también que para cuando publicamos el reportaje, teníamos una comunidad con ganas de ayudar a difundir sus resultados, en los espacios virtuales y en las calles. El reportaje fue TT en Twitter durante dos días, citado por El New York Times en Español y concluyó con una manifestación de estudiantes de Somos Pytyvohára frente al MEC.

La Organización Decisiones terminó renunciando a los fondos públicos. El Ministerio de Educación se vió obligado a prohibir sus materiales y 20 mil niños, niñas y adolescentes dejaron de recibir desinformación que ponía en riesgo su salud sexual y promovía discriminación hacia personas LGBTI.  

El otro legado del reportaje es que nos mostró que es posible hacer un periodismo de cercanía. Según la maestra María Teresa Ronderos, será lo único que salve al oficio de su crisis actual. Con justa razón, mucha gente siente a sus gobiernos y a los medios demasiado lejanos. Para mostrar que somos necesarios para la sociedad no basta con decir que somos necesarios. Tenemos que convencer que no estamos por encima de ellos, sino a su lado.

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