Cuando se firmó el Tratado de Itaipú en 1973, el costo de la obra se calculó originalmente en 2.033 millones de dólares, que trepó en 1976 trepó a 5.851 millones de dólares.
La ampliación de la cantidad de turbinas, potencia y sobrefacturaciones denunciadas hicieron que para cuando en 2007 se completó el proyecto final, el costo total de Itaipú alcanzó los 14.000 millones de dólares.
Los 2.000 millones de dólares anuales que pagará en promedio Paraguay hasta el 2023 vienen directamente de nuestro bolsillo. La deuda es el 63% del costo de la energía de la Binacional. Según cálculos de Mercedes Canese, ex ministra de Minas y Energía, aproximadamente el 30% de lo que pagamos cada mes con nuestra factura de Ande va para pagar tanto la deuda de Itaipú como la deuda de Yacyretá.
¿Pero de dónde viene toda la deuda?
La deuda original
Para financiar Itaipú, aparte de un aporte inicial de 100 millones de dólares junto con la Ande, Electrobrás concedió en 1975 un primer préstamo de 3.566 millones de dólares. Ésta deuda, junto a otras de préstamos internacionales complementarios, empezó a vencer antes que Itaipú iniciara su producción, por lo que fue refinanciada.
Subsidio a empresas brasileñas
En 1985, cuando Itaipú empezó a comercializar su energía, lo hizo con una tarifa de 10 dólares por KWm, que según estudios no cubrían el costo de producción. En febrero de 1986, la tarifa se subió a 14,75 dólares. Pero el 4 de abril de ese año los administradores paraguayos y brasileños decidieron volver a bajar la tarifa, violando el Tratado.
Según Nely Braga, el director brasileño de Itaipú en ese tiempo, la decisión fue porque «la alteración en el orden económico brasileño imposibilitó la transferencia de ese nuevo costo unitario del servicio a ser hecho a las empresas Furnas y Eletrosul». Ambas empresas brasileñas.
Éste subsidio duró hasta 1990. En ese tiempo, el 98% de la energía subsidiada fue para empresas brasileñas. En 1997, el acuerdo entre Wasmosy y el presidente brasileño Cardoso hizo que las pérdidas de ese subsidio pasaran a ser parte de la deuda de Itaipú. Así Paraguay aceptó también contribuir al pago de esa deuda.
El Acuerdo Wasmosy – Cardoso de 1997
El acuerdo Wasmosy-Cardoso de 1997 para reestructurar la deuda de Itaipú también trajo otras deudas. Una fue la decisión de agregar otra tasa de interés a la tasa de interés de todos los préstamos que ya tenía la binacional, para «ajustarse a estándares internacionales». Esa nueva tasa de interés ajustada a la inflación anual norteamericana, que violaba el Tratado, hizo que aunque Itaipú tuviera sus cuotas al día y no tomara más préstamos, cada año la deuda creciera, según la investigadora Cecilia Vuyk. En 2007 el gobierno de Nicanor Duarte Frutos logró que el de Lula Da Silva suspendiera la medida.
Wasmosy también acordó pagar mitad y mitad con Brasil el problema generado por las medidas económicas brasileñas conocidas como el Plan Real. La mayoría de la deuda de Itaipú, que era con Electrobrás y bancos brasileños, estaba en cruzeiros. Cuando Brasil cambió su moneda al real, la diferencia de valor entre el real y el cruzeiro generó una «distorsión» de la deuda respecto al dólar calculada en 4.500 millones de dólares, según la investigadora Cecilia Vuyk. El acuerdo de 1997 hizo que Itaipú se hiciera cargo de ese monto y lo incorporara a su pasivo. En otras palabras, que Paraguay también contribuyera al pago de esa nueva deuda.
La deuda que no podemos controlar
Paraguay está pagando un promedio de 2000 millones de dólares por año para cancelar la deuda de Itaipú en 2023. Para ese entonces, cálculos independientes hablan de que la deuda total habría llegado a los 79.000 millones de dólares. El monto no es oficial porque, aunque estamos obligados a pagar en fecha, la deuda de Itaipú nunca pudo ser auditada, gracias al blindaje que da la binacionalidad. Un informe independiente supervisado por el reconocido economista norteamericano Jeffrey Sachs, conocido como el «Informe Sachs», concluyó que en 2013 «Paraguay ya ha cancelado su parte de la deuda» y sugiere no esperar hasta la renegociación del 2023 para revisar las cuentas con Brasil, recomendando mediación de las Naciones Unidas y el Fondo Monetario Internacional. El Informe Sachs incluso aparece en la web de Itaipú.