Oligarquía

¿El desbloqueo de listas nos librará de los «Calé» en el Congreso?

La posibilidad de votar sólo a los mejores no significa que vas a poder botar a los peores.

Reportaje Romina Cáceres · Edición Jazmín Acuña ·

El Congreso discute tres proyectos de ley que buscan poner fin a las listas sábana. Patria Querida plantea listas cerradas y desbloqueadas, Paraguayo Cubas propone listas abiertas y la ANR apoya el doble voto preferencial. En los dos primeros casos, el mecanismo se aplicaría a elecciones generales, municipales e internas. Mientras que los colorados aún no definieron si la propuesta es sólo para las generales.

Listas cerradas y desbloqueadas, abiertas, doble voto preferencial, ¿qué es todo eso? Tratemos de no complicarnos: las tres propuestas son formas de algo que se conoce como voto preferente o preferencial que tiene por objetivo mejorar la calidad de la representación. Comencemos por acá (paciencia, ya llega la respuesta a la pregunta con la que empezamos).

¿Qué es el voto preferencial?

El voto preferencial consiste en la posibilidad que tiene el elector de elegir a uno o más candidatos de una lista. Esta es la diferencia principal respecto a las listas cerradas o sábana que tenemos hoy, donde los candidatos son electos según el orden que ocupan en las nóminas; orden que es determinado por los partidos.

Por ejemplo, si para el Senado quiero votar al candidato A que está en el puesto 10, marco esa opción: le doy mi voto preferente. Luego, las candidaturas que tengan más votos preferenciales se ubicarán en la posición 1, 2, 3 y así sucesivamente, ordenando la lista al interior de los partidos según la preferencia de los electores. Para determinar cuántas bancas le corresponde a cada agrupación política, se suman los votos individuales (del candidato A, B, C) y se les aplica el sistema D’Hondt. Entonces, si a un partido le tocan 10 bancas, entran los 10 más votados de la lista.

Según el politólogo Guzmán Ibarra, uno de los efectos positivos que se espera del voto preferente es el desarrollo de un vínculo más directo entre elector y representante: el votante elige a una persona, no a un partido. A su vez, esto puede estimular el voto local porque el elector vota al que conoce, al que es de su comunidad. En el caso del elector informado, aumenta sus opciones de elección.

Hasta aquí parecería que al fin nos vamos a librar de los Calé Galaverna, los Víctor Bogado o los Dionisio Amarilla. Que al fin los indeseables, como los llama el politólogo Diego Abente Brun, ya no tendrán cabida en el Congreso paraguayo. Y volvemos a la pregunta inicial: ¿con el desbloqueo de listas ya no tendremos a los «Calé» en el Congreso? La respuesta es no necesariamente. Estas son algunas de las razones:

El voto preferencial no garantiza que sean electos los mejores

Los políticos colorados y liberales seguirán llevando la ventaja, sean o no indeseables, porque ocupan la mayoría de las bancas. En ese sentido, Abente Brun señala que el impacto del voto preferencial es menor cuanto mayor es el número de escaños que obtiene cada partido. El politólogo advierte que el efecto sobre la ANR y el PLRA será ínfimo, mientras perjudicial para los partidos pequeños.

«Los votos castigo de los colorados que no votaron la lista del Senado porque estaba un Óscar González Daher fueron en su mayoría a Patria Querida. Con el voto preferencial, esos electores podrán votar por otro candidato de la lista de su partido. Ya no tendrán incentivo para votar en contra de la ANR». Guzmán Ibarra, politólogo.

En la misma línea, Guzmán Ibarra señala que el «voto castigo» que permitió a los partidos pequeños acceder a una banca, volverá a los partidos tradicionales. «Los votos castigo de los colorados que no votaron la lista del Senado porque estaba un Óscar González Daher fueron en su mayoría a Patria Querida. Con el voto preferencial, esos electores podrán votar por otro candidato de la lista de su partido. Ya no tendrán incentivo para votar en contra de la ANR», dice.

Ibarra remarca que no hay relación lógica entre desbloquear listas y que sean electos los mejores. En primer lugar, porque el voto informado es ínfimo frente al voto no racional. «Se vota al partido, a los valores tradicionales, a los afectos», dice. En consecuencia, un político con clientela fija sólo tiene que asegurar sus votos preferenciales y accederá a una banca. «En un panorama de competencia, para un Calé Galaverna es más fácil focalizar su clientela», explica. De hecho, el senador colorado ya compitió con lista propia en las internas y fue electo igual.

Tampoco hay evidencia de que países que implementaron el voto preferencial tengan hoy mejores representantes. El politólogo cita los casos de Colombia y Perú, donde los electores terminan votando a los primeros en la lista porque son quienes tienen más visibilidad y muy rara vez eligen a los últimos candidatos. Esto también ocurre en Brasil, donde usan la estrategia del «candidato de alto rendimiento», que consiste en poner candidatos ultra populares como número 1 para atraer votos y así ingresan los primeros de la lista. De esta manera, en los 3 casos se reproduce el mismo efecto de una lista sábana.

Con clientela asegurada, un indeseable podrá seguir accediendo al Congreso

En el sistema actual de lista cerrada los partidos compiten entre sí. Con el desbloqueo, esa competencia se traslada al interior de los partidos de la siguiente manera: Si el candidato X está en el puesto 2 y Z en el 3, pero solo el número 1 accederá a una banca, la pelea será entre X y Z para llegar al primer lugar. La competencia se dará entre compañeros de una misma lista, lo que puede provocar «conflictos internos y fragmentación del partido», según el manual del Instituto Internacional para la Democracia y Asistencia Electoral (IDEA).

El desbloqueo de listas puede fomentar el clientelismo político. El candidato hará de todo por distinguirse del resto y ganarse el voto preferente del elector, cueste lo que cueste. Incluso recurrir al financiamiento ilegal de campañas.

Al respecto, el politólogo Ibarra advierte que esto conduce a una personalización de la política: importa más el individuo que el partido. Esto conduce a una debilitación de los partidos políticos y en consecuencia, de la democracia. También fomenta el clientelismo político. El candidato hará de todo por distinguirse del resto y ganarse el voto preferente del elector, cueste lo que cueste. Incluso recurrir al financiamiento ilegal de campañas que son cada vez más costosas.

Un indeseable podría recurrir al financiamiento ilícito para mantenerse en el poder

La implementación del voto preferencial también implica un encarecimiento de la campaña electoral. Ibarra toma este ejemplo del Senado: «Como son una lista de 45, van a haber 45 campañas políticas y cada candidato se va a financiar su campaña. Ya no va a haber un Horacio Cartes que te paga porque él también tiene que pagarse para entrar». El expresidente se había jactado de financiar la campaña del titular de la Junta de Gobierno, Pedro Alliana, en 2015.

A su vez, esto genera una alta incertidumbre en el candidato de si será electo o no. «Entonces vas a empezar a buscar dinero en cualquier parte y como el control de financiamiento político es un desastre, aumenta la posibilidad de corrupción. Si ahora entra plata del narcotráfico, imaginate a 500 personas buscando fondos por todos lados», advierte. Abente Brun lo secunda: para él, terminaremos reemplazando una democracia de muy baja calidad por una narcoplutocracia. «Es decir, caeremos de la sartén al fuego».

La competencia será todavía más desigual de lo que ya es para determinados sectores de la sociedad, que pueden quedar definitivamente fuera del juego.

Mujeres capaces pueden quedar fuera de carrera

Si para los candidatos desconocidos, con pocos recursos y sin base clientelar resulta difícil acceder a financiamiento político, en el caso de las mujeres es peor. La abogada Marcella Zub Centeno, especialista en DDHH de las mujeres, recuerda que una de las barreras para la participación política de ellas es el financiamiento. «Las candidatas reciben menos recursos que los candidatos para las campañas a pesar de cumplir el mismo activismo social y político», indica.

El voto preferencial puede reducir aún más la participación política de las mujeres porque en nuestro país no existe una cultura de voto hacia ellas.

Aunque son la mitad de la población paraguaya, la representación de las mujeres en el Parlamento es menor al 20%. Una asimetría que se origina en los propios partidos y que la ley electoral busca corregir con una cuota de género que no llega a la paridad. El politólogo Ibarra advierte que el voto preferencial puede reducir aún más la participación política de las mujeres porque en nuestro país no existe una cultura de voto hacia ellas. Es decir, es más probable que un elector dé su voto preferente a un candidato antes que a una candidata de sus mismas características. «Quizá pueda entrar una Lilian Samaniego porque es conocida y tiene estructura, pero el resto no va a entrar», dice.

¿Y qué más?

Otro efecto negativo del desbloqueo es que introduce enormes complicaciones al proceso electoral. Por ejemplo, las impugnaciones se harán entre candidatos de la misma lista que compiten entre sí, el control de las mesas recaerá sobre miembros que no se sabe a quién responden y tampoco se puede esperar que el elector tenga un voto informado.

Y la gobernabilidad también se complica. Supongamos que el presidente tenga que consensuar un acuerdo con diferentes sectores políticos en el Congreso para aprobar un paquete de leyes. Con parlamentarios electos por voto preferencial, el mandatario ya no tendrá que hablar con el líder de la bancada, sino con cada diputado o senador. «Es decir, va a haber una fragmentación extraordinaria del poder político lo cual dificulta enormemente la gobernabilidad. ¿Cómo construís consenso con tantos interlocutores? Y a todos tenés que darles algo», advierte Ibarra. Recuerda que esto le ocurrió al expresidente brasileño Lula Da Silva y hoy se da lo mismo con Jair Bolsonaro, que debe pactar con parlamentarios de una veintena de partidos.

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