El Gobierno redujo el impuesto selectivo al consumo (ISC) a los combustibles desde el 4 de febrero de 2022 para alivianar el impacto de las subas del precio internacional del petróleo. En el decreto 6620/2022, estableció que la base imponible para importación y comercialización es de G. 2.388 por litro para diesel tipo III, G.3.045 para nafta virgen y G. 6.033 para nafta RON 91.
Desde entonces, esta medida excepcional se prorrogó cinco veces. La última prórroga se extiende hasta este 31 de julio. Pese a ello, hubo al menos cuatro subas más en los precios de combustibles por parte de los emblemas privados, incluido Petropar. Y se avecina otro incremento. Desde la Distribuidora de Combustibles y Asociadas del Paraguay (Dicapar) no descartan un nuevo aumento de los precios en las próximas semanas.
Como refiere La Precisa en este chequeo, el propio viceministro de Tributación, Óscar Orué, había declarado que incluso una eliminación del ISC afectaría muy poco el precio final que pagan los consumidores. En marzo, Orué estimaba una pérdida de recaudación de al menos 370 millones de dólares, monto que se acerca a los 300 millones de dólares de «sacrificio fiscal» que el presidente mencionó hoy en su cuarto informe de gestión.
Los economistas Amilcar Ferreira y el exministro de Hacienda César Barreto coincidían con la preocupación de Orué. Ferreira dijo que eliminar el ISC «no cambiaría mucho el precio. Bajaría muy poco para el consumidor. Pero sí causaría un agujero al fisco». César Barreto puntualizó que «eliminar el ISC generaría un descalabro en las finanzas públicas, un déficit del 1% del PIB».