Si tenés un minuto, esto es lo que tenés que saber:

• El 1 de agosto, la senadora cartista, Lizarella Valiente, sostuvo que “Paraguay no es machista” si no que las mujeres “malcrían a los hombres” en la reunión interinstitucional de la Comisión de Niñez, Adolescencia y Juventud sobre el proyecto de ley que “prohíbe la promoción, el fomento o la enseñanza de la ideología de género en las instituciones educativas”. El proyecto es impulsado por ella -quien es, además, presidenta de la comisión- y los senadores Gustavo Leite, Natalicio Chase, Carlos Giménez y Orlando Penner. Datos de feminicidios, desapariciones, abuso sexual contra niñas, niños y adolescentes y distribución desigual de uso del tiempo desmienten esta afirmación.

• Valiente también dijo que los derechos de las mujeres están “más que adquiridos”, refiriéndose a los cargos de representación en el Congreso. Puso de ejemplo su experiencia particular de haber podido llegar a un puesto electivo para sostener su afirmación, desconociendo las estadísticas. Si bien es cierto que se eligieron nueve congresistas más en las últimas elecciones que en el periodo 2018-2023, Paraguay se encuentra entre los países de América Latina con más baja representación política de mujeres en cargos de decisión.

• La senadora también dijo que, “hoy un hombre biológico que se percibe mujer tiene más derechos que una mujer biológica”, refiriéndose a las mujeres trans. Pero también es falso. Las personas trans sufren violencias, discriminación y falta de acceso a la salud, a la educación y al trabajo. 

Si tenés más tiempo, te invitamos a seguir con la lectura:

Según Valiente, el objetivo de la ley es “penalizar el adoctrinamiento homosexual dentro del sistema educativo”. En la reunión interinstitucional se escuchó a la senadora emitir desinformación de género para justificar la normativa que promueve. A continuación presentamos los datos que contrastan y desmienten a la legisladora. 

Es falso que Paraguay no es machista

Una de las declaraciones de Valiente que más resonó en la prensa y la opinión pública fue que “Paraguay no es machista”. Sin embargo, según el observatorio de violencia de género del Centro de Documentación y Estudios (CDE), se registraron 28 feminicidios de enero a julio de 2023, estos son 5 feminicidios más que los registrados por el Ministerio de la Mujer a agosto de este año. Los feminicidios son la expresión máxima de violencia por razón de género que tiene un tipo penal autónomo y vigente en Paraguay (que se basa en el reconocimiento de esta desigualdad). Es decir, las mujeres son víctimas de violencias particulares y letales por el solo hecho de ser mujeres. 

Producto de la cultura machista que caracteriza a la sociedad, se cometen todo tipo de abusos y de faltas al deber de cuidado que afectan de forma desproporcionada a niñas, adolescentes y mujeres. Cada 2 horas se registra un caso de abuso sexual infantil en Paraguay, totalizando 17.156 víctimas en los últimos cinco años, según datos de la Fiscalía. Un promedio de dos niñas de entre 10 y 14 años dan a luz todos los días y el 80% de estos casos de abuso provienen del entorno familiar. 

De acuerdo a la Encuesta Nacional sobre Situación de las Mujeres en Paraguay – ENSIMUP 2021, a nivel país, 78,5% de mujeres de 18 años y más ha sufrido algún tipo de violencia basada en género al menos una vez a lo largo de su vida. La violencia hacia las mujeres es mayor en el grupo de jóvenes de 18 a 29 años (86,5%) y disminuye de forma paulatina con el aumento de la edad. En el ámbito de lo público (educativo, laboral y comunitario) se registra principalmente violencia sexual, que abarca desde las formas más leves como piropos hasta las más graves como el abuso sexual. Cerca de 63,1% sufrió algún tipo de violencia en el ámbito público alguna vez.

Relatos sobre violencia obstétrica, un tipo de violencia tipificado en la ley 5.777 de Protección Integral a las Mujeres Contra Toda Forma de Violencia, confirman la discriminación basada en género, en este caso, durante el embarazo, las etapas relacionadas con la gestaciòn y el parto. Además, cuatro niñas, niños y adolescentes desaparecen por día en el país. El 80% de los casos corresponde a niñas y adolescentes de entre 12 y 17 años. 

La desigualdad de género se refleja también en las actividades del hogar, dónde predomina el trabajo de las mujeres. La carga del trabajo no remunerado recae sobre ellas. Según la Encuesta sobre Uso del Tiempo (EUT), las mujeres dedican unas 4 horas por día a las actividades no remuneradas con una carga semanal de 28,7 horas. Esto es más del doble de horas que los hombres, que dedican 1,8 horas diarias y 12,9 horas semanales en promedio. En esta encuesta se registró que solo 2 de cada 10 varones lavan sus platos en la casa. 

Según estadísticas judiciales, el incumplimiento del deber alimentario fue el hecho punible más frecuente de 2022, con 3.297 casos. El 6 de mayo, Mamás Leonas, un grupo de madres organizadas, expuso un “tendedero de deudores alimentarios” en el Poder Judicial para identificar a los padres irresponsables que se valen de las excusas más inverosímiles para no cumplir o regatear la manutención. Las madres denunciaron que la Justicia demora años en hacer cumplir el derecho de sus niños, algunas llevaban incluso cuatro años esperando que se resuelvan sus demandas de prestación alimentaria.

Y la evidencia continúa.

Es falso que los derechos de las mujeres están “más que adquiridos”

La senadora Valiente afirmó que el proyecto de ley que promueve no atenta contra las mujeres. “Hombres han trabajado para que yo sea senadora de la nación”, aseguró, luego de reiterar que “los derechos de las mujeres (…) están más que adquiridos, por eso heme aquí”, dijo.  Sin embargo, las mujeres continúan en seria desventaja con relación a los hombres en lo que respecta a ocupar cargos de representación. Tal y como refieren Julieta Gamarra y Marcela Zub Centeno, de Kuña Roga, en el artìculo Camino hacia las elecciones generales: sin paridad y sin presidentas del último informe de la Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (Codehupy), Paraguay se encuentra entre los países de América Latina con más baja representación política de mujeres en cargos de decisión.

Hasta el momento, no hubo mujeres presidentas o vicepresidentas en Paraguay y sus candidaturas a estos cargos han sido excepcionales. En las últimas elecciones generales de 2023 fue un hecho sin precedentes contar con tres precandidatas a la presidencia pero, finalmente, desistieron en favor de sus compañeros. También es cierto que resultaron electas nueve congresistas más que en las elecciones de 2018, pero aún existen brechas importantes de representación. Desde el 15 de agosto, un 24,4% de las bancas para la cámara de Senadores y un 22,5% de las bancas para la cámara de Diputados las ocuparán mujeres. Solo dos mujeres ocupan las gobernaciones.

Han habido hitos importantes que buscan ampliar la participación de la mujer, como una reforma estatutaria del PLRA que consiguió la paridad y la alternancia para todos los cargos de disputa. Este fue un logro de la Plataforma Feminista Liberal. También la Cámara de Senadores modificó su reglamento interno y dispuso que la Mesa Directiva del Senado debe estar compuesta por al menos una mujer de un total de tres cargos. Pero estos cambios son lentos y parte de procesos de lucha de las mujeres que tiene larga data y que nunca están exentos de múltiples obstáculos.

Hoy en Paraguay, la participación de las mujeres en las listas de partidos se reduce al mínimo requerido, que es un 20% estipulado en el Código Electoral. El país tampoco cuenta con una ley de paridad, que garantizaría igual participación política en los procesos de toma de decisión electoral e institucional. Estos datos demuestran que, por la desigualdad manifiesta de género en política, se deben seguir impulsando reformas internas, normas, proyectos para asegurar que se dé espacio a las mujeres. 

Es falso que las mujeres trans acceden a más derechos que las cisgénero

Valiente volvió a desinformar al decir que “hoy un hombre biológico que se percibe mujer tiene más derechos que una mujer biológica”. Además de la transfobia inherente a la expresión de la senadora, niega una realidad al que se enfrentan las personas trans marcada por violencias, discriminación y falta de acceso a la salud, a la educación y al trabajo. Desde la caída de la dictadura de Alfredo Stroessner hubo 61 asesinatos de personas trans y solo uno tuvo condena. De acuerdo a la CIDH, su esperanza de vida es de 35 años o menos a causa de la violencia. 

El año pasado, la Asociación Panambi, que promueve y defiende los derechos de las personas trans, registró 75 casos en su centro de denuncias sobre temas relacionados con la discriminación, agresión física, intimidación o amenaza y hostigamiento. Estas violencias se ejercieron por alguna autoridad policial, fuerza de seguridad y por el personal del servicio de salud.

Aunque actores políticos y sectores conservadores y religiosos se esfuercen en negar la discriminación por orientación sexual, identidad/expresión de género y diversidad corporal, los datos hablan por sí solos: a las personas trans se les niega el derecho al cambio de nombre, son secuestradas y torturadas arbitrariamente (muchas veces, por parte de la policía o de agentes del Estado), incluso se les niega el acceso a los baños. El daño físico y el amedrentamiento es una constante en sus vidas.

Discurso de odio y la mal llamada “ideología de género” 

La “ideología de género” no estaba definida en el proyecto original de Lizarella Valiente. La Comisión de la Niñez, Adolescencia y Juventud reconoció que estaba mal formulado y lo reemplazó por “perspectiva de género”, una categoría de análisis utilizada en las ciencias sociales para estudiar las asimetrías de poderes entre los géneros. Pero el reemplazo no subsanó serias fallas de la iniciativa de la senadora.  

Abogadas del Consultorio Jurídico Feminista (CJF) hicieron un análisis de la medida y aseguran que es inconstitucional, viola tratados ratificados por Paraguay como CEDAW, no establece un órgano ni un procedimiento de aplicación y busca alimentar un “pánico moral”. En su análisis también señalan que el proyecto habla de sanciones penales, pero no crea ningún tipo penal ni explica cuáles serían las sanciones. Sostienen, además, que viola el principio de legalidad y las sanciones serían inaplicables, tal como está redactado el dictamen de la comisión de niñez.

En su artículo, las abogadas del CJF expusieron que si se reconociera que la ideología de género existe, estarían intentando prohibir una ideología, lo cual está vedado por el artículo 24 de la Constitución y, “resulta sumamente grave si consideramos su inspiración estronista”, refieren. Actualmente, la Comisión de la Niñez, Adolescencia y Juventud propone directamente la prohibición de la “perspectiva de género”, lo que significa que ahora se pretende prohibir una teoría y un elemento analítico de las ciencias sociales.

La libertad de expresión está protegida constitucionalmente. El artículo 26 establece que “se garantizan la libre expresión y la libertad de prensa, así como la difusión del pensamiento y de la opinión, sin censura alguna, sin más limitaciones que las dispuestas en esta Constitución; en consecuencia, no se dictará ninguna ley que las imposibilite o las restrinja”. Por lo tanto, prohibir por ley la difusión de una teoría, en este caso, la teoría de género, es inconstitucional. Además, de aprobarse violaría el control de convencionalidad y expondría al Paraguay a nuevas sanciones internacionales.

La abogada especializada en derechos humanos, Alejandra Peralta, a través de su cuenta personal de Twitter calificó a este tipo de enunciados como homofobia y discurso de odio. “Decir queremos penalizar el ‘adoctrinamiento’ homosexual es considerar la homosexualidad como algo penalmente reprochable, algo malo, algo despreciable. El Estado NO tiene injerencia sobre la vida sexual de las personas”, sostuvo.