Si tenés un minuto, esto es lo que tenés que saber:
- El candidato a la presidencia por parte de la Concertación, Efraín Alegre, publicó un tuit el 19 de febrero de 2022 en el que prometió que en su gobierno se eliminaría el examen de ingreso de las universidades públicas. Luego de varias críticas, el presidenciable borró su tuit.
- La propuesta de Alegre generó un debate. Federico Mora, jefe de gabinete de la municipalidad de Asunción y exdirector de Becal, se mostró a favor de los exámenes de admisión.
- Para especialistas, el debate es más complejo y no se reduce a la admisión universal. Según la doctoranda en ciencias políticas y sociales Shirley Gómez Valdéz, el acceso a una educación superior debe contemplar una mayor inversión reflejada en infraestructura, formación docente, programas de apoyo a estudiantes, herramientas para lograr una mayor permanencia de los estudiantes y becas para cubrir los costos de vida de quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad.
- Para Jessica Amarilla, doctoranda en educación superior, eliminar los exámenes de ingreso no es una política viable. A su criterio para ingresar al sistema de educación superior debe haber estándares de excelencia que hoy no condicen con el conocimiento de los estudiantes al culminar la educación media.
- Este año, el Estado invertirá un poco más del 3,5% del Presupuesto General de la Nación en las universidades, incumpliendo así la ley de Educación Superior en la que se establece que la inversión no debe ser menor al 7% del total asignado a la Administración Central.
Si tenés más tiempo, te invitamos a reflexionar con nosotros:
Francois Chartrain, investigador y autor del libro La Iglesia y los partidos en la vida política del Paraguay desde la independencia, cuenta que el examen de ingreso en las facultades fue instituido en 1957 con la reforma universitaria – durante la dictadura estronista – y que era un medio de control político. “Los colorados eran sistemáticamente aceptados, ya que había “clases” previas en la casa del partido que versaban sobre los temas de examen. Incluso algunos entraban a la facultad sin rendir examen”, dice. Agrega que “el examen de ingreso – instituido en teoría – solo servía de barrera a los no colorados”.

Tweet de Federico Mora, jefe de gabinete de la Municipalidad de Asunción, en el que responde a la propuesta de Efraín Alegre de eliminar el examen de ingreso de las universidades.
El ministro de educación Nicolás Zárate, en la mañana del 20 de febrero, primer día de clases, dijo que “no es posible” eliminar los exámenes de ingreso y que el MEC tiene los datos que demuestran esto. En entrevista para La Precisa, la viceministra de educación superior Celeste Mancuello explicó que eliminar los exámenes de ingreso depende de la disponibilidad presupuestaria de las universidades – infraestructura adecuada, docentes e investigadores formados, equipo técnico de calidad, etc – y de una revisión de las normativas vigentes. Para ella, “en las condiciones actuales no es viable” eximir los exámenes de ingreso.
Según Shirley Gómez Valdez, doctoranda en Ciencias Políticas y sociales en la Universidad Pompeu Fabra (Barcelona) y especialista en políticas públicas, al día de hoy, la eliminación de los exámenes de ingreso no contribuiría “al problema de acceso a la educación superior”, y tampoco a la permanencia de los estudiantes en las carreras, que “es donde se encuentra el mayor desafío”.
Gómez Valdez propone que para mejorar el acceso a la educación superior debe aumentar la inversión y que debe reflejarse en mejor infraestructura, formación docente, programas de apoyo a estudiantes más vulnerables y mecanismos para incentivar la permanencia. “La gratuidad es apenas un factor de todo el espectro del derecho a la educación superior. Es un factor importante, pero no es lo único relevante para lograr que todos finalicen su carrera”, puntualiza.
Un informe oficial de 2022 de la Universidad Nacional de Asunción revela que 6 de cada 10 familias de los ingresantes de la UNA tienen como ingreso máximo dos salarios mínimos y que 4 de 10 estudiantes solventan sus estudios con apoyo económico de sus familias. La mayoría de los padres y madres de los ingresantes son obreros y jornaleros.
Entre los datos se destaca que el 30% de los estudiantes trabajan para solventar sus estudios y que 8 de 10 son de nivel económico bajo y medio bajo.
“Teniendo en cuenta el Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales que menciona que la enseñanza superior debe hacerse accesible a todos, en particular mediante la introducción progresiva de la enseñanza gratuita, en ese aspecto, sin duda, la Universidad de Buenos Aires es un ejemplo”, afirma Gómez Valdez. La UBA no cuenta con examen de ingreso, los cursos de grado son gratuitos para argentinos y extranjeros, y se encuentra en el puesto 8 del ranking de mejores universidades de Latinoamérica.
Para Jessica Amarilla, doctoranda en Educación Superior en The University of Arizona, Estados Unidos, la eliminación de los exámenes de ingreso no es una política viable. Ella sostiene que se podría eliminar y “potencialmente podría significar que más personas tengan acceso a educación superior, ya que el factor dinero no sería un problema”. Pero asegura que la educación superior debe tener “estándares de excelencia”. Para que sea factible la eliminación de exámenes de ingreso, la educación primaria y media debería preparar a los estudiantes para que “lleguen a la universidad con las habilidades necesarias. Pero este no es el caso”, asegura la especialista.